José Guerra/Jiquilpan.
Al aire libre, bajo los portales de la Casa de la Cultura de la ciudad, el pintor Fabián Guerra, originario de la tenencia indígena de Totolán asombra a propios y extraños al comprobar que el arte puede ser también generado a través de la técnica del air brush.
Con casi toda su vida en los Estados Unidos y tras aprender la práctica de brocha de aire (aerógrafo) en una escuela de artes en la Unión Americana Fabián Guerra reconoce que la utilización de esta técnica para la realización de retratos y obras de arte en cuadros no es muy común ya que, dice, la gente está acostumbrada al uso del pincel y la brocha para los cuadros.
A simple vista el trabajo del artista pudiera parecer simple y limitarse a colocar un trozo de cartón mientras se oprime el gatillo de la pistola y formar los trazos, las luces y los contrastes de sombras de los rostros.
“”Es sensibilidad, hay que saber tirar los trazos y los fondos de pintura; la gente está más acostumbrada a la brocha” dijo el artista que lleva 15 años en esta disciplina y ha obtenido éxito entre los espectadores locales quienes regularmente se acercan para preguntar los precios de su trabajo sobre todo para hacer el retrato de algún familiar ya fallecido o de un pariente que vive el sueño americano.
Sin bien, dice Fabián, este trabajo no es para hacerse rico, sí le permite una vida sin complicaciones económica pues los costos de su trabajo, de acuerdo al tamaño y complejidad de la obra solicitada van de los 500 a los mil pesos.
Es de destacar que regularmente el Air Brush era utilizado para la ornamentación de vehículos en los barrios latinos de los Estados Unidos en lo que se conoce como el tunning, después se implementó esta técnica en el diseño de ropa sobre todo en camisetas.
Sin embargo de acuerdo al artista, la utilización de esta técnica en el retrato requiere de destrezas que regularmente no son utilizadas cuanto se hace retrato a brocha.