José Guerra, Jiquilpan
Persisten los conflictos entre autoridades comunales y eclesiásticas de la localidad de Abadiano por el manejo de las aportaciones migrantes para la remodelación de la plaza de esta comuna.
Es de destacar que el domingo pasado Sergio Bautista, encargado del orden de esta localidad se comunicó vía telefónica a esta corresponsalía para denunciar que, desde el púlpito, el párroco del lugar señalaba que debería ser la parroquia la encargada de administrar los recursos liberados para la remodelación de esta plaza a través de un comité en el que se integra Anárbol Valdovinos, anterior encargado del orden.
Sin embargo y cuestionado al respecto, el ex representante municipal en aquella comunidad señaló que se trataba de un mal entendido ya que a lo que el párroco hizo referencia fue que un integrante de uno de los clubes migrantes se había comunicado para pedirle que realizara una colecta en cada una de las casas de la localidad con un importe de 50 dólares por cada vivienda.
“El padre quiere ayudar al pueblo porque la plaza es una verdadera grima y él quiere cooperar con la gente para que se arregle pero como el pueblo está dividido desde que entró el encargado dijo que de lo que sacara de apoyos no iba a dar nada para la iglesia”.
En ese tenor, Anárbol Valdovinos reconoció que desde hace años la iglesia recibe parte de los recursos que se gestionan para mejoras en la comunidad: “Yo, por ejemplo, de todo lo que sacaba de los juegos y otras cosas casi siempre le daba la mitad a la iglesia para los trabajos en el atrio y con la otra mitad hacía otros jalecitos en la plaza o en algunas calles”.
De acuerdo a las versiones recabadas entre los vecinos, la molestia del la gente que es afín al Sacerdote es que el encargado del orden se ha negado a dejar que desde el comité parroquial se administren recursos destinados para obras del orden civil como es el caso de la remodelación de la plaza.
Anárbol Valdivinos dijo que el comité en que se integra no está de acuerdo en la intención manifestada por Sergio Bautista en el sentido de que el Párroco debería dedicarse a los asuntos espirituales y dejar los temas civiles a la encargatura del orden.