-Trastornos van desde insomnio, ansiedad, ataques de pánico y paranoia, entre otros
Elena Rojas, Zamora
“La violencia que se vive en la zona conurbada de Zamora y Jacona y en general en el país y el bombardeo de las noticias rojas con el fácil acceso a las redes sociales para enterarse de las mismas, están sin duda repercutiendo en la salud mental de los ciudadanos, generando diversos trastornos que van desde falta de apetito, insomnio, estrés, ansiedad, ataques de pánico, miedo y paranoia. Esto dependiendo el grado de cercanía con los sucesos y la vulnerabilidad de cada persona”, aseguró Eliel Samuel Trinidad Hernández, psicólogo e investigador independiente.
Añadió, “no se trata de una patologización de la persona, es decir, que este enferma. Es la violencia de una sociedad deshumanizada que le está causando estos efectos. Ver tanta violencia crea un impacto en la mente. No es porque la persona este enferma, sino que los sucesos violentos cran un impacto en ella”.
Indicó que es urgente que baje la criminalidad para tener una sociedad con una salud mental más saneada, “ya cuando se habla de casos muy extremos cuando la persona vivió muy de cerca los acontecimientos violentos es necesario que acuda a psicólogos o psiquiatras para darle seguimiento a su salud mental, dependiendo de la intensidad de los hechos, además de contar con una red de apoyo o bien practicar algún deporte o alguna actividad artística para ir liberando las emociones negativas”, aconsejó.
Mencionó que hay puntos focalizados donde la población sufre más trastornos mentales a consecuencia de esta violencia, toda vez que se han generado más balaceras en dichos puntos, entre los que citó: las colonias Valencia, El Porvenir, Revolución, Ferrocarril, Valle Dorado, El Valle, en Zamora o la calle Constitución en Jacona.
Indicó que los actos violentos sin duda desalientan la afluencia de visitantes a estos municipios, o bien, frenan la vida cotidiana de las personas, “ya no se sale con la misma confianza al cine, a cenar, a los antros. Ya los jóvenes prefieren convivir en una casa particular, o bien, tratan de llegar temprano a casa y no exponerse. Además se reducen los horarios de la vida comercial en ambos municipios. Los comerciantes cierran temprano, antes de oscurecer”.
En contraste a estos trastornos, finalmente dijo que muchos ciudadanos ya están viendo la violencia como algo normal, “nos estamos volviendo una sociedad deshumanizada, ya no nos sorprende ver tantas cruces, ni muertos, ni balazos, ni balas perdidas. Se empieza a normalizar la violencia como algo cotidiano y muchas veces como ciudadanos ya no nos alarma esa situación y no exigimos a las autoridades. Por miedo o estrategia de supervivencia, preferimos callar”.