-Señaló Alfredo Anaya Orozco, candidato a diputado federal del 04 distrito por el PRI
-Admitió que existe hartazgo a los políticos, de ahí que hay que hablar con la verdad y hacer compromisos con proyectos realizables.
Carlos González, Jacona
“Para que la gente vote por nosotros es necesario convencerlos, para ello hay que hablar con la verdad y hacer compromisos con proyectos realizables. Antes que nada Eduardo Herrera Calixto, mi suplente, y su servidor somos ciudadanos y estamos conscientes que la población está harta de la política y los políticos”, señaló Alfredo Anaya Orozco, candidato del PRI a la diputación federal del 04 distrito con cabecera en Jiquilpan.
En conferencia de prensa en las instalaciones de la comunidad agraria de este municipio, Anaya Orozco agregó que los políticos hoy tienen que hacer que la gente participe, haciendo cosas y teniendo voz diferente, dar prioridad a temas que pide la población.
Asimismo reconoció que en el distrito 04, que abarca 14 municipios, no hay oportunidades de trabajo en una zona donde el 75 por ciento de su economía es en base a la agricultura y ganadería, sin embargo con ejemplos de que si se puede como ocurre en el Valle de Jacona y que se debería replicar en las otras localidades de este distrito federal.
“Lamentablemente vivimos gobiernos de subejercicios, es decir, no se aprovechan los recursos que están disponibles porque no se tienen proyectos integrales, en particular de desarrollo, que bueno que hay inversión para arreglar calles, pero hay que ir por más, donde los beneficios sean mayores para los habitantes”, indicó.
Dijo que no hay que inventar para hacer ajustes en las formas de trabajo y de distribución de los recursos, por ejemplo ante la reducción de presupuesto federal que ya se anunció en días pasados para el ejercicio 2016, “insisto, hay que dar prioridad a temas, ir por proyectos macro realizables con beneficios, no esperar que empiece la próxima legislatura, ya hay que preparar propuestas”.
Puso en la mesa de las propuestas voltear a la participación de inversión privada en servicios y obras públicas para generar derrama y que sean los privados que destinen recursos y el gobierno se avoque a las prioridades como educación y salud, por ejemplo.
Finalizó al decir que es el abstencionismo el peor enemigo de la democracia al que hay que combatir, “los jóvenes no votan, por indiferencia, por hartazgo, miedo o desconocimiento, pero no lo hacen y eso es malo. Si queremos un mejor distrito, estado y país, sólo lo podemos hacer con participación, así se hacen los cambios”. (fao)