José Guerra, Jiquilpan
Difícil establecer una cifra precisa de desechos industriales en el tiradero de Jiquilpan máxime que a éstos se suman los desechos biológicos que generan los hospitales particulares de esta ciudad.
De acuerdo a José Luis Román Grijalva, Oficial Mayor de este municipio, la gran problemática existen en el vertedero municipal no es solamente la de disponer de manera correcta de los desechos sólidos urbanos que se generan sino lidiar también con los desechos que se generan por parte de empresas generadoras de bienes y servicios como las descremadoras y los hospitales de esta ciudad.
Según el entrevistado, no es posible precisar todavía el volumen de desechos que vierten de manera periódica las descremadoras, lo que sí se ha logrado es identificar que no se tratas únicamente de los materiales de residuo del procesamiento para la elaboración de productos derivados sino que se ha detectado que incluso estas plantas procesadoras tiran en el basurero piezas de queso blanco y cajas de queso amarillo a la intemperie.
El riesgo de esto, señaló Román Grijalva, es que a más de la contaminación propia que se genera a través de la descomposición de estos productos pudiera ocurrir que algunas de las personas que acuden a hacer la pepena en este espacio pueda considerar que estos productos desechados pudieran ser comestibles e intentar su consumo lo que generaría además un serio problema de salud.
Pese a que se ha establecido ya el contacto con los dueños de estas plantas poco se ha avanzado en el tema principalmente ante la falta de un instrumento regulatorio en el orden municipal ya que de acuerdo a Jorge Armando Sánchez, Secretario del Ayuntamiento, no se tiene conocimiento de la existencia de un reglamento municipal en materia de disposición final de residuos biológicos; de hecho ni si quiera se cuenta con un reglamento interno en el propio basurero municipal.
En entrevistas por separado José Luis Román, Oficial Mayor y Raúl Campos operativo del área de Aseo Público, no existe en el vertedero municipal ningún espacio destinado de manera exclusiva para recibir este tipo de residuos por lo que son arrojados en los mismos lugares que los desechos sólidos urbanos.
Otra problemática que enfrenta este espacio es el hecho de que desde hace algún tiempo ha sido utilizado para la disposición de desechos de hospitales de tal suerte que en el tiradero se encuentran por igual quesos, sueros, jeringas y vendas con residuos biológicos lo que incrementa el riesgo de problemas de salud en comunidades aledañas al tiradero.
Ya se ha establecido de manera clara a través de las quejas presentadas por las comunidades de El Añil, Rincón y otras del municipio de Sahuayo ante la Procuraduría Ambiental que los mantos acuíferos que abastecen del vital líquido a estos asentamientos están en riesgo por la filtración de lixiviados generados en el tiradero municipal.
El problema dijo Román Grijalva es que las grasas de los productos lácteos se quedan en la superficie mientras los lixiviados se filtran; la grasa de la superficie constituye una doble problemáticas pues en temporada de lluvia convierte la brechas de este tiradero en verdaderas rampas de deslizamiento y en temporada de calores esta grasa funge como combustible al momento de algún incendio en tanto que los desechos hospitalarios constituyen un riesgo en sí mismos.
Sin regulación
En el caso de los desechos de hospitales, que de acuerdo al Oficial Mayor, algunos realizan simplemente en bolsas negras se viola la Norma Oficial Mexicana NOM-087-ECOL-SSA1-2002 en materia de protección ambiental, salud ambiental, residuos peligrosos biológico-infecciosos en la que se establecen la clasificación y especificaciones de manejo.
Es de destacar que la Ley General para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos define un residuo como: Material o producto cuyo propietario o poseedor desecha y que se encuentra en estado sólido, o semisólido, o es un líquido o gas contenido en recipientes o depósitos, y que pueden ser susceptibles de ser valorizado o requiere sujetarse a tratamiento o disposición final.
En tanto que un residuo peligroso recibe este nombre cuando posean alguna de las características de corrosividad, reactividad, explosividad, toxicidad, inflamabilidad, o que contengan agentes infecciosos que les confieran peligrosidad, así como envases, recipientes, embalajes y suelos que hayan sido contaminados cuando se transfieran a otro sitio.
Sin embargo y como se explicó ya, no existe en el ámbito municipal ningún reglamento que obligue a quienes desechan estos productos a realizar los tratamientos que se describen en la ley en la materia.
Es de señalar que de acuerdo a la Integración y Actualización del Inventario Nacional de Generación de Residuos Peligrosos de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales en el municipio de Jiquilpan se tienen registrados solamente las Unidades de Medicina Rural de Abadiano, Los Remedios y Paredones se encuentran registradas como microgeneradores de residuos.