Ricardo Valencia Vega
Que curiosa es la forma de actuar de la iglesia católica, esa iglesia que por más de dos mil años ha permanecido gracias a su gran capacidad camaleónica ante las diversas etapas de la historia, pues de seguir siendo como en un principio nació; aun existirían los patriarcados con muchas esposas; misoginia en todo su esplendor (aún mantienen ese gusto por sentir que la grandeza sólo está en el macho) aún seguiríamos pensado que el mundo es plano y que somos el centro del universo, o que la religión católica debe ser la única y quien no piense así, hay que matarlo; millones de personas han muerto por ese pensamiento: Las cruzadas, la colonización o invasión española a los pueblos indígenas, la santa inquisición y un largo etc.
Bueno, todo eso es parte de la historia de la iglesia pero, ésta se ha ido adaptando a los cambios y dejando esas posturas para verse más lógica y creíble para sus creyentes. El matrimonio entre homosexuales y el que puedan adoptar, será aceptada cabalmente en cosas de algunos años para que la iglesia diga: el amor no tiene sexo, y así seguir con su camuflaje, no sin antes haber hecho una persecución atroz y aberrante ante la preferencia sexual de muchos, excepto a sus mismos sacerdotes que con millones de dólares han tratado de callar a los miles de niños afectados por los abusos, vejaciones y violaciones de estos sátrapas con sotana.
La forma más fácil para la iglesia es huir ante el embate de un problema, pues sabe que todo lo que hagan por más cruel que sea, siempre tendrán a las millones de personas que independientemente de lo que suceda estarán para salvar a la santa iglesia que siempre está en “persecución” y que buscan destruirla. Saben que sus católicos dejarán su libertad de poder cuestionar y actuarán sólo por “Fe”. Hay una frase que puede resumir lo anterior: “Toda gran atrocidad es el resultado de gente que seguía órdenes”.
La renuncia del Papa lleva en sí mismo un mensaje tan desolador, visceral e insípido para los creyentes católicos pero, esto sólo lo ven aquellos que dejan a un lado su fe irracional y se cuestionan más allá de lo que los voceros del Vaticano dicen.
Renunciar en plena cuaresma, sí, esa cuaresma en donde supuestamente Jesús de Nazaret rezó por 40 días sin comer ni beber y ante el acoso del mismo diablo que le susurraba que renunciara, ese pasaje bíblico ha servido para que los católicos renuncien a los placeres mundanos y retomen una vida más vigorosa en lo espiritual, bueno pues para Ratzinger, lo más fácil, así es, lo más fácil, fue renunciar y retirarse a un castillo con todas las comodidades que la vida le puede dar a un Rey en retiro. No fue una acción difícil y llena de valentía como lo dicen sus voceros, pues lo difícil, valiente, lo sacrificado, el seguir cargando la Cruz hasta que la muerte los separe, sería seguir como Papa.
Que curioso, cuando murió Juan Pablo II, Papado lleno de encubrimiento a pederastas (esto significa joderle la vida a miles de niños inocentes violados por un imbéciles que tienen nombre y apellido y que simplemente con dinero siguen en los templos dictando sermones de cómo ser un buen creyente) el nuevo Papa, en ese entonces Benedicto XVI, no denunció penalmente a Marcial Maciel y con esto demostrar el valor de la iglesia y el horror que representa un asqueroso como Maciel, no, simplemente lo retiro a sus aposentos en Cotija, donde lo recibieron como un Santo y lo cuidaron como tal hasta su muerte, sin pedir perdón por matar la niñez de todos de los que abuso.
Pero la iglesia es benévola con ellos mismos, se cuidan, se arropan y se protegen: renunciar para un Papa se debe toma como un acto valiente y ejemplo de fuerza. Pero si usted decide renunciar, digamos algo más terrenal como un simple divorcio y rehacer su vida con otra persona, pues vivirá en amasiato, o sea en pecado, pues lo que dios unió no lo separa el hombre y tendrías que vivir con alguien que no amas, hasta que la muerte los separe. Pero el Papa si puede renunciar, aunque dios, por vía de los Cardenales lo haya designado su representante directo en la tierra.
Como diría Karl Marx, “La historia se repite dos veces; la primera como una tragedia y la segunda como farsa”, la renuncia de éste Papa es la segunda que se da en las mismas condiciones haces más de 700 años.