Oscar De La Rosa, Zamora
La industria de la construcción se muere como consecuencia de la contingencia sanitaria por el COVID 19, debido a que no hay trabajo en el ramo y al no haber obras que puedan ejecutar no cuentan con los recursos económicos para sobrevivir en el ámbito profesional y además deben recortar jornales de trabajo.
Roberto Palmerín García, presidente del colegio de arquitectos del occidente de Michoacán, informó que la caída de la actividad ha sido superior al 50 por ciento a partir de que inició el periodo de restricciones y confinamiento social, porque la gente no tiene dinero para hacer trabajos de construcción en sus hogares u otras propiedades.
“Lo más lastimoso de la situación es que tuvimos que recortar jornales para mantenernos vivos en el negocio de la construcción y ahora estamos a la expectativa de ver que sucederá en próximas fechas porque si todo empeora hay la posibilidad de que haya quienes cierren sus empresas o dejen de prestar el servicio”, dijo.
Comentó que la falta de recursos económicos de las familias no sólo impide pagar el servicio profesional prestado, sino también el hecho de adquirir materiales de construcción que son caros en la actualidad para la condición de recursos de las personas desde el inicio de la contingencia sanitaria.
“Y si hablamos de trabajos generados en los Ayuntamientos, nos damos cuenta que no hay posibilidades porque también están sin recursos económicos debido a que gran parte del dinero lo concentran en la contingencia sanitaria. Es un periodo complicado para nosotros y hay una incertidumbre porque no sabemos qué va a pasar con el futuro profesional después de la contingencia”, finalizó.