-Entraron a capacitación en la jurisdicción sanitaria para este servicio
Elena Rojas, Zamora
Un grupo de 10 clérigos jóvenes y sin ninguna enfermedad crónico- degenerativa fueron designados por la Diócesis de Zamora para conformar la agrupación “Sacerdotes COVID”, quienes darán servicio de orientación espiritual a los contagiados de coronavirus, para lo cual ya reciben capacitación en el Centro Diocesano por parte del personal de epidemiologia de la jurisdicción sanitaria sobre el uso del traje, caretas y mascarillas para su cuidado personal.
Señaló lo anterior Carlos Eduardo Barajas Baeza, sacerdote quien presta su servicio en la parroquia del Calvario, quien dio a conocer que los clérigos representan a las principales ciudades de la región: Zamora, Sahuayo, Los Reyes, Uruapan, Jacona, Yurécuaro, Purépero, Cherán y Paracho, quienes estarán prestando el servicio a estos enfermos.
“Es difícil que todos los presbíteros se sumen a estas acciones, ya que algunos son mayores de edad o tienen alguna enfermedad que los vuelve más susceptibles al contagio, nuestras atribuciones serán estar en contacto con los doctores y epidemiólogos de las ciudades para que cuando aparezca un caso dudoso o positivo, si el enfermo así lo requiere, podamos acompañarlo”, indicó.
Puntualizó que esto partiendo de la disposición que tenga el enfermo para recibir su orientación espiritual, “iremos acompañados del epidemiólogo. También a quien lo requiera le daremos el sacramento de la santa unción para que Nuestro señor Jesús sea quien los fortalezca. Hay muchas personas que dudan de la existencia de este virus, pero no debemos descuidarnos”.
Sostuvo que hay que reforzar los cuidados personales y de los seres queridos y no perder la fe, “pedirle al Señor que nos ayude a pasar esta situación que ha hecho estragos en la salud, el ámbito social y la economía, los enfermos necesitan un acompañamiento espiritual y los sacerdotes jugamos un papel fundamental como guías espirituales. Cuando se da el resultado de una enfermedad siempre trae un consigo un problema espiritual, se generan preocupaciones, nervios, depresión, se pierde la esperanza”.
Por ello, concluyó, “se nos ha encomendado esta labor sobre todo para fortalecer espiritual y humanamente a los enfermos. Actualmente no hemos tenido contacto con los enfermos, toda vez que seguimos en proceso de capacitación. Desafortunadamente debido a que ya se entró a la etapa de nueva normalidad, ya hay más gente en las calles y con ello un mayor riesgo de contagio, por ello debemos estar preparados”.