-“Prefieren irse a la “segunda”, que mandar a remendar”: Sastre
-Aunque situación es crítica, consideran que oficio nunca va a desaparecer
Elena Rojas, Zamora
“La proliferación de bazares en diversos puntos de la ciudad, incluso en algunas comunidades, ahuyenta a nuestra clientela, pues ya muchos prefieren adquirir prendas baratas “de segunda” que venir a remendar sus garritas rotas”, lamentó Guadalupe Bolaños Rivera, sastre quien desde 1953 se dedica a este viejo oficio, en el que domina la realización de sacos, pantalones, chalecos, chamarras, camisas y ropa en general.
Estimó que en Zamora ya hay alrededor de 150 bazares, “esto refleja la difícil situación económica que estamos atravesando. Yo estoy cobrando 30 pesos por remiendo y en estos bazares he visto pantalones hasta de 15 a 20 pesos pesos. Por lo que la gente prefiere irse a lo barato”.
De igual forma dijo que ya mucha gente prefiere comprar la ropa que mandarla a hacer, además, debido a la prohibición de eventos sociales, son nulos los pedidos de trajes, por lo que admitió que la situación para el gremio de los sastres se torna cada vez más complicada, “las pocas chambitas que nos caen es para ajustar algunas prendas que compraron y que no les quedaron o para alzarle la bastilla”.
“Desafortunadamente no hay trabajo y el gobierno en lugar de apoyarnos para reactivar la economía, nos dice que no trabajemos para cuidarnos del famoso virus. Y lamentablemente el costo de energía eléctrica que utilizamos para hacer funcionar las maquinas nos llega elevado, y sin trabajo, a veces es difícil solventarlo”, resaltó.
Relató que anteriormente tenía máquinas de pedal, “las cuales no gastaban luz, pero ahora es nueva tecnología, pues debemos adaptarnos a la modernidad. Hace 15 años en nuestro taller generábamos 22 empleos directos”.
Enfatizó que continuamente tenían abarrotados los pedidos de pantalones que les mandaban a hacer, “hoy a duras penas ya quisiera que me llegara por lo menos un pedido por semana, sobrevivo de puros remiendos”.
Finalmente consideró que pese a la difícil situación que atraviesa el gremio de los sastres, este oficio, dijo, “nunca va a desaparecer, por la sencilla razón de que muchos van a comprar un pantalón y resulta que nos les queda o porque muchos por la crisis prefieren mandar a remendar que comprar una ropa nueva”.