-Asisten poco más de 35 mil hombres en evento iniciado por el Sacerdote Isauro Pedraza y los Caballeros de Don Bosco
-Antes Ritos de Semana Santa, pareciera estaban hechas únicamente para rezos de mujeres
Enrique COVARRUBIAS, Zamora
En su edición 58 de la Procesión del Silencio en Zamora asistieron el pasado viernes 14 de abril poco más de 30 mil hombres que marcharon por las principales calles y templos de la ciudad en total silencio y vestidos de blanco y azul.
Cincuenta y ocho años han pasado ya desde aquella vaporosa mañana del 29 de marzo de 1959 en que un puñado de varones zamoranos salió a la calle a protestar en silencio el crimen de los siglos.
Por más de 11 lustros o cinco décadas si así lo queremos burilamos en el paisaje zamorano…cientos de miles de zamoranos y de otras latitudes han marchado por el ardiente pavimento de sus calles movidos únicamente por una gran fe cimentada en el sacrificio de Jesús el Cristo, aquel que recorriera la Vía Dolorosa hace casi dos siglos, rumbo al cerro de las Calaveras o del Gólgota, cargando el madero que le serviría de mortaja.
Han pasado los años y el Desfile del Silencio o Marcha del Silencio o Procesión del Silencio… cada vez congrega más fieles y no fieles, desde aquellos 14 Caballeros de Don Bosco que a la vera del templo de Los Dolores iniciaran, con el inolvidable Salesiano Isauro Pedraza el recorrido con el único fin de participar en las celebraciones de Semana Santa que, pareciera, estaban hechas únicamente para rezanderas mujeres.
De acuerdo a testimoniales de zamoranos que inicialmente aquel Viernes Santo del año de 1959 participaron (algunos ya fallecidos), el grupo de fieles encabezados por el Sacerdote Salesiano Isauro Pedraza (fallecido en Uruapan en el año de 1999), hicieron el recorrido por las banquetas del entorno del barrio de Los Dolores, la marcha transcurrió en el más completo silencio, fue la condición, además de no participar mujeres.
Ahí estaban miembros de la orden de los Caballeros de Don Bosco, como José “El chino”; Jaímes Covarrubias cargando la cruz; José Vivanco el de la botica; José Garibay; Enrique Bueno “La pulga” y Juan García Acevedo “El Tigre”, estos últimos árbitros de fútbol, José Luis Gálvez, José López Del Río “El cagao”, Pancho “El Ronco” Aviña, José Luis Castillo siendo un niño, Enrique Cáceres “el peluquero”; Pancho Tadeo; Ezequiel Arias, entre otros más que escapan a la memoria.
Ese puñado de hombres no les importó el escarnio de los modernos fariseos y escribas de la época, tampoco el flagelo de los ardientes rayos de sol que a plomo caían sobre sus testas…nada les detuvo…nadie los contuvo…pues su fe era más grande que cualquier sufrimiento.
Por ello el sacrificio de aquellos varones ha perdurado por más de 58 años, durante los cuales han participado niños de la mano de sus padres, trasmitiendo así la tradición de generación en generación. Ahora esos niños, ya adultos emulan a sus padres dando a su vez la conseja a sus hijos…ello ha perdurado ya durante 58 años.
Miles han hecho el recorrido, zamoranos, nacionales y extranjeros; muchos han fallecido ya, por ello en cada marcha, desde hace muchos desfiles, el profesor Manuel Equihua, cronista del evento, nombra desde el camión de sonido a los que ya no están y exhorta a pedir por los que ya no estarán para el siguiente año…las listas a través de los años han sido largas y sorpresivas al saber que ya no está el amigo, el compadre, el mismo vecino al que quizás en vida nunca se le dirigió la palabra y en su momento hasta se le injurió. Es por ello que el Desfile del Silencio es y será la gran ocasión para el examen de contrición entre los fieles católicos y no católicos.
Este Viernes Santo del 14 de Abril de 2017, el Desfile del Silencio llegó a su edición LVIII, la cita fue a las puertas de la Iglesia de Los Dolores de donde inició “oficialmente” a las 10:00 de la mañana.
El recorrido fue el siguiente: calle Ocampo, vuelta por Madero hasta la Medalla Milagrosa, donde se rezó la primera estación del Viacrucis; de ahí prosiguió por la calzada Zamora-Jacona para dar vuelta sobre la calle Martínez de Navarrete, cruzó Morelos por la estatua del Pregonero para seguir por la misma calle hasta la Glorieta de 5 de Mayo, ahí continuó hacia el sur por la misma calle para dar vuela en Virrey de Almanza y llegar al templo del Rosario; el contingente avanzó por Niños Héroes para dar vuelta por Leonardo Castellanos, otra vez se rodea la Glorieta y se sigue por la 5 de Mayo hacia el norte para llegar al Santuario Diocesano de Guadalupe.
En el Santuario el Obispo dio un fervorín, para después seguir por la misma 5 de mayo, para hacer un alto en templo de San José y rezar otra estación, continuó hasta la avenida Juárez, cruzó las calles Serdán, Hidalgo, ahí frente al templo del Calvario se hizo un alto más para rezar dos estaciones.
La Procesión del Silencio siguió por la misma avenida Juárez hasta Pino Suárez Norte para llegar a López Rayón y hacer alto frente al templo del Carmen, de ahí se proseguirá por la misma López Rayón hasta la calle Plancarte donde se viró e hizo el alto frente a la Divina Providencia…a esas horas ya el calor era fuerte y en un acto de mayor sacrificio todos los participantes se hincan por unos minutos para rezar la estación que data la muerte de Jesús el Cristo…la marcha continuó por la avenida Juárez ya en retorno hacia la calle Madero donde se hace una penúltima parada frente a La Purísima, de ahí se partió por la misma Madero hacia la calle Ocampo y llegar al punto de partida frente a Los Dolores, donde luego de un breve fervor el obispo Javier Navarro dio la bendición con el señor del Perdón.
Cabe hacer notar que en las iglesias donde se rezaron las estaciones se instalaron cuadros representativos de la pasión…Si el tiempo de recorrido hace 58 años fue de aproximadamente escasos metros en una hora,…a través de los años ha venido aumentando, el recorrido, el tiempo, y participantes…Para esta ocasión se estimó un aproximado de más de 30 mil fieles los que acudieron en un recorrido de aproximadamente 4 horas.
Procesión del Silencio, 58 años de historia
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