-Iglesia acató disposición de manera consciente y responsable
Elena Rojas, Zamora
“Es la primera vez que una autoridad civil ordena al clero acordonar el atrio de una iglesia, cuando deberían ser las propias autoridades eclesiásticas las que hagan dicha determinación, sin embargo, están acatando esta disposición de manera consciente y responsable para que no haya conglomeraciones de personas y con ello se eviten riesgos de contagio de COVID-19 (Coronavirus). El Señor Obispo, Javier Navarro, no se opone a esta medida, acata esta disposición sin objeción alguna, la iglesia católica es muy tolerante”, señaló Alfonso Verduzco Pardo, sacerdote, luego de que se acordonó el atrio de la iglesia de San Francisco.
Por ello a partir de mañana ya no habrá misas sabatinas, ni domingueras, ni el resto de la semana, como normalmente se estaban realizando, “de hecho el fin de semana pasado yo celebre las misas de 12 pm y 7 pm con 40 personas, mientras que anteriormente este templo era de los más concurridos, llegaba a albergar 100 o más creyentes. Se dice que las próximas semanas y hasta el 20 de Abril se vendrán los picos más altos de contagio, considerada la etapa más difícil de esta contingencia, por ello quieren que las personas permanezcan en sus hogares, sin embargo desconocemos a ciencia cierta hasta cuándo podría extenderse esta emergencia sanitaria”.
Aseguró que por tratarse de un atrio muy céntrico es muy concurrido, “diariamente han de circular por ahí más de 500 personas, los novios se sientan a reposar, las personas aprovechan para comprar tacos suaves, elotes, hamburguesas, habas; sin duda los 4 vendedores ambulantes que se ponen en la banqueta, aun costado del atrio, se verán afectados en su economía”.
Igualmente dio a conocer que suspendieron el baile de danzón que se ofrecía los sábados en el que participaban alrededor de 100 personas, desde espectadores y personas de la tercera edad, quienes disfrutaban mucho al bailar y que incluso ahí resultaron algunos matrimonios de los adultos mayores que iban a bailar”.
Concluyó al admitir que no deja de ser una medida extrema, “dado que aun muchos fieles tienen la necesidad de ir al templo a rezarle a Dios que acabe la pandemia. Nunca se habían cerrado los templos, salvo en la época de la Revolución Cristera, allá por 1929, cuando el entonces presidente Calles quería acabar con el movimiento cristero”.