José Guerra/Tarecuato, Tangamandapio.
Pese a que las nuevas generaciones de mujeres se preparan académicamente, la mayoría de las mujeres de las comunidades indígenas de Michoacán sufren la violencia física y emocional por parte de sus esposos por temor o temas culturales, esto de acuerdo a Ana Maribel Mendoza Victoriano enlace regional de la Secretaría de Pueblos Indígenas de Michoacán.
La funcionaria señaló que el sometimiento de la mujer al marido forma parte del bagaje cultural que las madres legan a las hijas al momento del matrimonio al grado de que si una mujer casada se queja ante los familiares de los maltratos recibidos es incluso mal vista por su madre y por su suegra.
“La mujer no toma la decisión de ir y denunciar a pesar de lo que esté pasando, no sé si es el miedo o por los hijos o simplemente porque las generaciones pasadas, la mamá o la abuela, les dijeron ‘ si se van a casar con esa persona con esa persona se quedan las traten como las traten’ todavía se dice eso aquí”.
Evidentemente, dijo, si en el núcleo familiar no es bien vista la denuncia por parte de la mujer maltratada, esto se recrudece al tratar de externar estas quejas en el círculo social o ante las instancias legales correspondientes.
En este estado de cosas, dijo, el rol de la mujer indígena en regiones como ésta, es complicado pues no se dan las condiciones para que la mujer pueda ser algo más que la ama de casa.
Sin embargo el hecho de que las mujeres jóvenes opten por estudiar y no casarse a temprana edad y el desarrollo de programas de manera conjunta con la Secretaría de la Mujer mediante los cuales se les brinda capacitación para detectar y evitar actos de violencia en cualquiera de los entornos existentes, permite que el panorama para las mujeres indígenas sea cada vez más alentador al menos para las nuevas generaciones.
“Muchas mujeres dicen que ya para qué si ya están con él y hay muchas mujeres que se defienden pero eso está mal visto ya sea por la mamá o por la suegra”.