Noé Ortiz
Hoy tenía pensado platicar sobre la fijación que tienen algunas instituciones por fortalecer un estado simulado de derecho, realizando actos para justificar en el papel lo que no existe en la realidad, como lo hacen el IFE y el TRIFE, pero en eso se murió La Quina, y viendo el trato de “gran luchador social y víctima infame de Salinas, a quien tuvo el atrevimiento de enfrentar” que se le da en algunos medios, notas y redes sociales, se me ocurrió que la simulación de un estado de derecho no es sólo culpa de las autoridades, sino también responsabilidad de los ciudadanos.
Efectivamente La Quina fue encarcelado y sujeto a un proceso ilegal (no hubo orden de detención que justificara su arresto), especulándose siempre que todo se debió al desacuerdo que tuvo con Salinas cuando al ex líder se le ocurrió respaldar la candidatura del entonces disidente Cárdenas.
Y como si el sólo enfrentamiento con el presidente fuera motivo de santificación, parece que fueron olvidados los más de 3 mil millones de pesos de fortuna personal, producto de la venta de plazas de PEMEX, cobro de cuotas a los trabajadores, corrupción en la asignación de contratos, explotación de recursos públicos, saqueo a la paraestatal y demás actos cometidos en el seno del abuso del poder.
En ese contexto, parece que al mexicano nos gusta apoyar a quien toma forma de héroe respondón contra quien tiene el poder, sin importar que en el fondo se trate de una persona corrupta que rezonga porque ya no le conviene el sistema contra el que se queja y pretende seguir siendo corrupto bajo otro cobijo.
Es preocupante la facilidad con que personajes de este tipo justifiquen la búsqueda de sus intereses mezquinos y personales, convenciéndonos de que es una lucha por nuestro bien, como lo hizo en su momento Gordilla y lo hace el día de hoy la CNTE.