Noé Ortiz
El juego parece llamarse “yo soy el menos peor”, y se trata de que cada candidato buscará que los trapitos al sol que exhiba del contrario sean más resonantes, impactantes y llamativos que los que los propios que le van a sacar, apostando a que al final, en la suma de cochinadas, mentiras y defectos, pueda presumirse, precisamente, como el menos peor y con eso ganar votos.
¿Qué me cacharon mintiendo sobre los “firmes” que puse como secretaria? ¡no importa!, mañana le encontraré una mentira a mi contrincante y mi equipo se encargará de hacerla más escandalosa.
Desafortunadamente el contenido de los discursos políticos de hoy, en que vivimos una supuesta democracia, no se distinguen en absolutamente nada de los dichos en los años 70’s, cuando vivimos la máxima expresión de la dictadura priísta, sólo que ahora los temas de entonces se han dividido entre 3 partidos y cada uno explota un tema como si fuera propio, pues a final de cuentas, tenemos el mismo mercado clientelar, coaptado y corporativo, sólo que ahora dividido en 3 colores, pero que en conjunto, no son más del 50 por ciento de la población que siempre ha votado.
Los candidatos saben que tienen una plataforma electoral sólida, el llamado voto duro, que aglutina a todos aquellos seguidores incondicionales, defensores imperturbables y adoradores ciegos, a los que no importa lo que digan de su candidato, siempre lo negarán, pues en su pequeña mente corporativa no cabe otra posibilidad: su candidato es único y es perfecto. Los vemos todos los días en Facebook, en Twitter, escribiendo de los oponentes los mismos adjetivos calificativos negativos y críticas que les son aplicables al propio.
Estos votos son seguros, así que los partidos van por el porcentaje extra que vota, pero que no pertenece a ninguna porra, grupo, club, plataforma o brigada, y que pudieran ser más críticos en su apreciación. Pero como ninguno de los candidatos tiene el suficiente contenido intelectual para convencer con sus ideas, entonces todos le entran al juego de “yo soy el menos peor”.