Noé Ortiz
Vicente Fox pasará a la historia como el primer candidato de oposición al PRI en ganar la elección presidencial, título bastante honrosamente ganado a pulso, sin importar que haya sido un pésimo presidente indeciso, desatinado, ignorante, manejado en sus traumas por su mujer, en sus fobias por sus contrincantes y en sus filias por sus prejuicios.
Ahora, además pasará a la historia como el ejemplo más acabado del político basura, cuya única virtud es haber escalado posiciones a base de componendas, arreglos, alianzas e intereses, pero sin que enarbolen un ideario o representen a algún espectro de la ideología ciudadana.
Por supuesto que juzgar al panismo en Vicente Fox es injusto, porque Foxitos hay en todos los partidos, políticos que se creen inteligentes porque se saben la frase “el fin justifica los medios”, pero que muestran su burréz cuando creen que la política es un fin, ignorando (porque la frase la leyeron en face y no porque conozcan la obra de Maquiavelo) que sólo y siempre, es sólo un medio.
Ahora que si como político basura ya vas a hacer la marranada, pues al menos, como dijo Agustín Lara, “Vende caro tu amor, aventurera… ya que la infamia de tu ruin destino, marchitó tu primavera”, y al menos de deberían de asegurar de que sus dislates tuvieran un efecto claro, y no convertirse, de nuevo, en objeto de burla y escarnio, que terminarán afectando a aquél a quien pretenden ayudar.
Lo triste del caso es que a Vicente no lo anima un espíritu democrático en el que su clamor por el voto útil sea por sufrir una diferencia ideológica entre el partido y el individuo, o porque la candidata de su partido sostenga objetivos y visiones que quebrantan sus propias convicciones, o porque haya descubierto que otro partido es más afín a su visión de gobierno y país… no, es simplemente porque le cae mal López Obrador… ¿qué culpa tienen los panistas y los mexicanos de sus odios y amores?
Pero bueno, al final de cuentas, la declaración Foxista no es sino una adecuada muestra del nivel que tienen nuestras campañas, más preocupadas por el chisme y el arguende, que por la propuesta.
En el 2000 vimos con gusto cómo Vicente sacó de Los Pinos a las tepocatas y víboras prietas. 12 años después vemos cómo se convirtieron en el Amor perdido de nuestro ex mandatario.