¿Qué pasó con las instituciones ciudadanas?
Noé Ortiz
Los años 90’s trajeron a México la fiebre de la “ciudadanización” de las instituciones con el espíritu de ofrecer a la sociedad civil un espacio para su participación en las políticas públicas, que se reflejó en la consolidación de instituciones como el Instituto Federal Electoral, la Comisión Nacional de Derechos Humanos y tardíamente, el Instituto Federal de Acceso a la Información, que fueron bastante efectivas mientras permaneció esa voluntad de mantenerse alejadas del modelo burocrático.
Porque hay una gran diferencia entre instituciones burocráticas, propias de la administración pública, caracterizadas por una excesiva de reglamentación, creación de criterios que buscan normar hasta las acciones más elementales de su función, una abrumadora cantidad de trámites hasta para el más simple proceso, que provoca ese alejamiento con la sociedad civil: “los trámites burocráticos son sólo,para los expertos en burocracia”, y ya sabemos, coyotes, intermediarios y gestores.
Desafortunadamente es lo que terminó,pasando con las instituciones nacidas en el modelo ciudadanizado, no pudieron con el embate burocratizador y terminaron evolucionando a sí imagen y semejanza: no importa acercar al ciudadano a una candidatura, sino la creación de toda una complicada legislación aderezada por criterios, acuerdos y resoluciones del Consejo, que demuestren que el ahora INE tiene una supervisión férrea sobre el cumplimiento de requisitos, dejando en claro que es la autoridad suprema.
En materia de transparencia, parece que es más importante el proceso bajo el cual se genera una información, que la información misma, y con el mismo impulso de sobre reglamentar, en lugar de facilitar, complica al ciudadano el acceso a aquello que le interesa conocer, porque se supone que lo,que debe caracterizar a los órganos ciudadanos es la simplicidad.
En este proceso vuelve la sociedad civil a perderse en la inercia, y en lugar de presionar para revertir este proceso de burocratización de las instituciones ciudadanas, toma el camino de la disusión sobre “mi partido político es mejor que el tuyo”.