PAN, entre la traición y la necesidad de ser…
José Luis Ceja Guerra
A más de las erráticas actitudes y decisiones de los representantes del Partido Acción Nacional en el cabildo jiquilpense ahora resulta que estos representantes populares ni siquiera rinden cuentas de su actuación a su comité local cuyo presidente ha señalado sencillamente que los regidores ni siquiera asisten a las reuniones partidistas.
Lo anterior tiene sobrada justificación si se toma en cuenta lo que ha señalado en fechas recientes el líder institucional de los panistas jiquilpenses Arturo Martínez Villaseñor quien, aseguró, los actuales representantes de Acción Nacional en cabildo no fueron seleccionados por la delegación local para integrarse en la planilla del ex aspirante Marco Valencia sino que fueron impuestos de manera directa por el comité estatal panista.
Para entender esta historia habremos de recordar que hace 20 años se fundó en Jiquilpan el primer comité municipal del Partido Acción Nacional sin embargo y de acuerdo a Martínez Villaseñor, debido a los malos manejos el comité decayó en una delegación sujeta al comité municipal de Sahuayo.
Pero también hay que recordar que, por su propia cuenta, el Partido Acción Nacional nunca fue capaz de pesar de manera real pese a que entre sus candidatos en lo local han figurado nombres de verdadero peso específico como Alberto Novoa Gudiño, a la postre primer presidente municipal en Jiquilpan por el PRD o Juan José Gutiérrez Reynaga y otros.
El PAN de Jiquilpan tuvo que esperar a que Carlos Gómez, hoy satanizado por el panismo local, apareciera en escena para que el partido pudiera dar el salto de calidad en el plano municipal lo que se vio reflejado ya en la última contienda cuando Acción Nacional forzó a definir la elección en la mesa del TRIFE.
Sin embargo la historia reciente del PAN obliga a dar la razón al actual dirigente puesto que una de las características de los representantes que logran colar a cabildo ha sido el renegar después de su origen azul pues de los 6 regidores que llegaron a lo largo de las administraciones 2005-2007, 2008-2011 y la concurrente, al menos cuatro, en su momento, se han desentendido de su pertenencia a Acción Nacional.
En el 2005-2007 llegaron a cabildo René Signoret y Susana García, de ellos Susana García se desentendió de su origen partidista y abrazó la causa priista, según ella, por el acoso sobre su persona por parte de los mismos panistas.
En la administración 2008-2011 fueron Carlos Reyes y Rocío Palomares los panistas que llegaron a Cabildo y en este caso ambos por cuestiones de dinero decidieron renunciar a su militancia panista, incluso don Carlos Reyes de manera pública solicitó su inclusión en el PRD.
En lo que hace a la actual administración ni Jordan Naranjo ni Antonio Rodríguez han sabido, desde el punto de vista de su dirigencia local, ser verdadera oposición en cabildo y menos servir de enlace entre las autoridades locales y la dirigencia partidista.
En vísperas de cumplir los primeros 20 años de su activismo en la ciudad de Jiquilpan, el PAN tendrá que hacer un severo análisis de su accionar en el municipio puesto que si bien nunca han gobernado el municipio, tampoco han sabido ser una oposición creíble al grado de que el actual dirigente Arturo Martínez les ha calificado de meros comparsas de la actual administración.
Pero, en tanto Acción Nacional en Jiquilpan no pueda tener plena confianza en sus militantes, poco podrá hacer para ganar un municipio que representa el corazón de la izquierda y sobre todo del cardenismo, ese cardenismo que irónicamente, fue la ideología a vencer y que originó el nacimiento de Acción Nacional.