-Con gran éxito UPN arrancó foro de investigación educativa “Mujeres y formación docente”
Elena Rojas, Zamora
“Hoy más que nunca la docencia debe tener perspectiva de género, hombres y mujeres debemos poner el corazón en las aulas, para garantizar una educación más humana, sensible, basada en el respeto, los valores universales, la empatía, la justicia y la comprensión”.
Expresó María del Socorro Ramos Ramírez, directora de la Universidad Pedagógica Nacional (UPN) 162 de Zamora, “necesitamos replantear la educación hacia el centro, que es la persona, pues no hay que olvidarnos que tratamos con seres humanos, con anhelos, con sueños”.
Consideró que los maestros deben reflexionar acerca de su papel como docentes, para propiciar generaciones con mayor conciencia de la perspectiva de género; lo anterior al encabezar este viernes la inauguración del Foro de Investigación Educativa 2022 de estudiantes de postgrado.
Cabe mencionar que esta es la vigésima segunda edición del evento, en su modalidad hibrida (presencial y virtual), mismo que se extenderá hasta hoy. En esta ocasión lleva el nombre: “Mujeres y formación docente. Pasado, presente y futuro”.
Participaron de manera presencial 100 alumnos y otros tantos de manera virtual, de las diversas subsedes, incluso los que toman clases a distancia de otros estados o fuera del país.
En su turno, Paula Nohemí Garibay Garibay, jefa de unidades UPN en el estado, expresó que las mujeres no sólo son formadoras de familia, “también de las personas que están a nuestro alrededor”.
Por lo que, resaltó, “tenemos un papel importante en nuestro hogar y en la sociedad. La docencia es una carrera tan bondadosa, formadora de personas y como mujeres, podemos darle un plus porque le ponemos corazón a lo que hacemos y tenemos la capacidad para hacerlo”.
Puntualizó que si decidieron ser docentes es porque siguen con esa actitud y ese corazón de continuar formando más allá de los hogares, “no pongamos un género en cada carrera, pongamos el corazón. Hombres y mujeres podemos dar ese plus”.
Paulina Torres Franco, subdirectora de la UPN plantel Zamora, habló sobre la lucha que ha tenido la mujer para poder lograr los espacios educativos, “debemos reconocer la labor que hicieron las mujeres en el pasado, presente y futuro como docentes”.
Coincidió, “hoy en día la educación reclama la integración de la perspectiva de género, no para propiciar violencias y diferencias, sino para reconocer que tanto mujeres, como hombres han aportado conocimiento para lograr avances tecnológicos, médicos, académicos, etc. Sin embargo, es cierto que muchas mujeres se han dedicado a la vida de la ciencia o a las artes, por mencionar sólo algunas y han quedado olvidadas”.
Añadió, “sus historias son de injusticias, de robo de ideas, de premios, pero poco a poco, en los siglos XX y XXI las han rescatado. En la actualidad, la profesión docente, esta dominada por mujeres, en especial en el nivel básico. En cambio, en educación superior, todavía estamos luchando para que esos espacios se abran”.
Admitió que no fue fácil, ni rápido, el lograr que la profesión docente fuera una labor femenina, “en el siglo XIX, los gobiernos liberales tenían la firme convicción de que, para alcanzar el desarrollo social y el progreso económico, era necesario educar al pueblo mexicano analfabeta en un 80 por ciento. Por otro lado, a las niñas se les instruía en las escuelas únicamente labores domésticas, inclusive al terminar la primaria, tenían que demostrar dominio de 50 puntadas de bordado”.
Prosiguió, “durante ese mismo siglo con todo el surgimiento del positivismo y el rescate de la ciencia. Hubo científicos que afirmaban que las mujeres no podían aprender ciencia porque su cerebro era más pequeño, porque eran emocionales y emotivas. Incluso en un periódico que se llamaba “El Magisterio Nacional” decía: “El exceso de instrucción científica ataca el organismo de la mujer”. De esta forma se argumentaba que las mujeres no debían acceder a la educación científica, que sólo deberían aprender lo necesario para sostener su hogar”.
“Pero en 1887 un grupo de mujeres, sobre todo maestras, egresadas de normales, empezaron a luchar y a exigir una educación igualitaria, que no hubiera curriculum sexuados. Y ellas publicaron una revista llamada “Violetas del Anáhuac”, donde exigían un espacio laboral, que no debían depender sólo de los maridos porque después el marido se moría o las dejaba y quedaban sin la posibilidad de mantener a sus familias”.
Añadió que en el siglo XIX los salarios de los maestros eran muy malos. Por lo que los varones no querían ser maestros. Por ello entraron las mujeres al quite, aceptaron el salario bajo y ellas empezaron a dominar. Fue así como se empezó a construir la docencia como una labor de mujeres.
“En nuestras manos está hacer una educación con una visión de género, no nos cuesta nada reconocer a estas mujeres que estuvieron en la historia, que descubrieron algún elemento químico, que participaron en el viaje a la luna. No nos cuesta nada hacer mención para que las niñas vean que hay oportunidades para ellas y que pueden soñar y llegar a donde quieran”, finalizó.