José Guerra, Jiquilpan
Sin conformarse desde hace cuatro años el Consejo Municipal de la Crónica señaló el cronista de Jiquilpan, Miguel Ángel Jiménez Vázquez, quien destacó como indispensable este consejo a fin de que a través de éste se gestionen los recursos necesarios para abatir la tendencia al olvido de las nuevas generaciones.
“Yo no sé a qué es lo que le temen algunos políticos pero lo importante es que no se pierda lo que los mayores nos han dejado” señaló Jiménez Vázquez en referencia a la negativa de algunos alcaldes para convocar a la integración de este consejo.
Dijo también que si no se hace el esfuerzo por conservar y guardar la memoria colectiva se corre el riesgo de que la Historia local se escurra entre los dedos lo cual es grave ya que las nuevas generaciones de jiquilpenses, en su mayoría, desconocen la historia local, incluso, aventuró, no sienten gusto ni interés por esta disciplina.
“Si no los llamamos a que ellos sigan conservando toda esta historia, en cuanto faltemos nosotros pues se terminó y un pueblo sin historia simplemente desaparece”.
Lamentó que sea sólo en los actos cívicos o conmemorativos donde se brinda un pequeño espacio no sólo a la Historia Nacional sino a la local también lo que representa apenas una pequeña porción de la rica historia local existente, de igual manera los intentos por reflejar en impresos la historia de esta ciudad han quedado en proyectos que no caminan ya por falta de presupuesto o de interés.
“Se habló cuando Juan Manuel Figueroa era presidente municipal (2005-2007) que se iba a hacer un libro sobre la Historia de Jiquilpan, se hicieron algunos intentos, Álvaro Ochoa (Colmich) hizo algunas cosas pero, realmente todo ha quedado en puros proyectos y es necesario que éstos se concreten para aterrizarlos”.
Si bien, externó, existen una serie de publicaciones en el quehacer histórico en el ámbito regional, muchas de éstas carecen del rigor que se requiere en esta disciplina ya que pese a que cuentan con buenas fuentes muchas de estas obras están salpicadas con las más variadas interpretaciones que cada escritor da a la historia: “Que es muy válido, pero tratándose de la Historia se tiene que acudir a las fuentes, respetar fechas y personajes”.
Las políticas gubernamentales, dijo, han influido también a fomentar esta tendencia al olvido, ya que cada administración, federal, estatal o local, pretende romper con la historia pasada y que ésta comience a partir de ellos lo que da como resultado una corta historia y la mayoría de las veces alterada además, en ocasiones, sujeta a los intereses y tendencias políticas de ese momento.
Señaló como ejemplo de esto el tema de la heroína Lucía de la Paz que luchó al lado de los insurgentes y ayudó a mantener la fortificación de la Isla de Mezcala durante casi tres años mediante el envío de armas y alimentos durante la Guerra de Independencia (2Jiquilpan Histórico y Tradicional, Jorge Martínez Villaseñor, monografía 2002 pp.132) y cuya existencia no fue oficializada sino hasta la campaña presidencial de Lázaro Cárdenas del Río: “Desgraciadamente hubo gente grande como don Jesús Romero Flores, que constituye un claro ejemplo de una tendencia política, es decir, queremos privilegiar el quedar bien con una persona aunque nos inventemos personajes”.
Externó que pese a que las celebraciones del Centenario de la Revolución Mexicana y el Bicentenario del inicio de la Guerra de Independencia llevaron a la sociedad a una relectura de la Historia de nuestro país no se le dio a estos eventos la difusión que se esperaba pero, además, cambiaron los próceres para estar en sintonía con la ideología política del partido gobernante.
La incapacidad de poner en su justa dimensión a los personajes históricos, locales, regionales y nacionales es otro problema que se suma cuando se trata de hacer un rescate de la historia ya que se ponderan personajes cuya relevancia quizá no fue tan significativa mientras que otros, como el Cura Marcos Castellanos (Marcos Castellanos, cura rebelde en la Ciénega, Suplemento Independencia y Revolución, Cambio de Michoacán 8 y 15 de febrero 2010), permanecen relegados a planos casi invisibles cuando se hace la revisión de la historia.
“En la Ciénega de Chapala pocos sabemos quién es Marcos Castellanos pese a que hay algunas escuelas con su nombre, se han escrito libros pero no se han difundido; son muy importantes los héroes nacionales pero también los locales que aportaron su granito a estas luchas y hay que valorarlos para que no se nos pierdan”.
En lo que hace a la instalación de este Consejo Municipal de la Crónica, el cronista jiquilpense señaló que ante las nuevas autoridades municipales se realizará, de nueva cuenta la solicitud para que se emita la convocatoria ya que de no conformarse, los trabajos realizados por los historiadores y cronistas, corren el riesgo de simplemente desaparecer debido a que muchos de los trabajos carecen siquiera de la esperanza de ser publicados ante la carencia de recursos.
De tal suerte que a través de este Consejo y la regiduría de Cultura y la Dirección de Cultura de este municipio pudieran gestionarse recursos para realizar las publicaciones y garantizar que estas obras pudieran llegar a los estudiantes de nivel primaria y secundaria y buscar que, tal vez, estas nuevas generaciones pudieran ser inmunizadas contra la actual tendencia al olvido.