-Es decir, contaminan ríos, drenes, canales y manantiales.
-Prevalecen malas prácticas agrícolas: Investigadora
Elena Rojas, Zamora.
“Del 100 por ciento de los fertilizantes químicos que se utilizan en el campo, sólo el 30 por ciento queda en las parcelas agrícolas, el resto se lixivia, es decir, va a parar directamente a los cuerpos de agua, lo que causa un exceso de materia orgánica que deriva en contaminación”, señaló Angela Navarro, bióloga e investigadora de la Universidad de Guadalajara.
Indicó que este grave problema se presenta en la Cuenca del Río Duero, “sin embargo, esto tiene solución, ya que, con un manejo integral en el campo, se podría disminuir el uso de estos agroquímicos”.
La también especialista en el tema de la inocuidad para la exportación y análisis fisicoquímicos del agua y la fertilidad del suelo, añadió que el agricultor promedio no tiene la conciencia de utilizar los análisis de suelo.
“Muchas veces el suelo ya viene sobrado en ciertos nutrientes, pero el agricultor les pone más, lo que causa la lixiviación de estos, el empobrecimiento del suelo y la contaminación de los cuerpos de agua”, destacó.
Subrayó que respecto a la parte microbiológica de la Cuenca se han hecho diversos análisis, dichos estudios han arrojado una alta concentración de coliformes fecales y salmonella, “un ejemplo muy puntual es que realizamos un análisis en distintos meses en el fraccionamiento Monte Olivo, por la calle las Delicias”.
Describió que en el lugar arriba citado en todos los meses se observó el mismo comportamiento en el agua: un exceso de coliformes fecales y en salmonella, no varió en el año, lo que nos da una idea de cómo esta la situación en la Cuenca”.
“Todas las personas contaminan, hay algunas veces que los fraccionamientos nuevos no están conectados al dren y todo este desecho pasa directamente a los canales que irrigan cultivos que nos terminamos comiendo”, apuntó.
Todo esto, remarcó, está fuera de la norma, “fuera de los limites máximos permisibles, no es apto para consumo humano, sin embargo, los agricultores utilizan estas aguas contaminadas para sus cultivos, ya sea por ignorancia, desconocimiento o imprudencia y lamentablemente es lo que nos terminamos comiendo”.
Consideró que esta situación es un problema serio y grave que a ninguna autoridad pareciera importar, “hay diversos artículos a lo largo de dos décadas que hablan de estos temas y parece que no llama la atención de los gobernantes”.