Guillermo Ríos, Zamora
En un trepidante y gran juego de futbol, el conjunto de Jardines de Catedral vino de atrás y logró remontar, posteriormente fue empatado y con gol en los últimos minutos, consiguió quedarse con el título de Campeón de Campeones.
El vibrante encuentro se jugó sobre el empastado campo A de la Unidad Deportiva El Chamizal, bajo la terna arbitral del colegio de árbitros “Lic. Arturo Brizio Carter” encabezada por Ángel Mejía Ayala y auxiliado por Sergio Sevilla Mejía y Alejandro Vázquez Lince, quienes con su gran experiencia lograron llevar a buen término el cotejo.
Un encuentro de suma importancia para ambas escuadras, ya que son equipos que suelen ser protagonistas, amos y dueños de la categoría Especial Uno, siendo un juego bastante interesante por la calidad de jugadores que portan sus respectivas playeras.
Cuando comenzó a rodar el balón ambos equipos buscaron mantener la posesión del esférico, siendo el equipo Jacona que con individualidades producidas por Néstor “Chiquis” Bucio comenzaban a poner en aprietos a la zaga de Jardines de catedral.
En respuesta los pupilos de Mario “Zomma” García intensificaban las labores de recuperación para no dar mucho margen a su equipo rival quienes insistentemente tocaban la puerta.
Fue al minuto 12 que producto de una jugada del elemento más creativo y dinámico del Atlético Jacona, Néstor Bucio, quien logró quitarse a dos rivales con gambetas y a pase filtrado puso en bandeja de plata el balón y con un buen disparo, cruzado, de Gerardo Rodríguez mandó guardar el balón, poniendo las cosas 1 gol por 0 a favor de los Jaconenses.
Posterior al gol, el conjunto de Jardines de Catedral se fue con todo al frente en busca del empate, consiguiendo adueñarse del balón y disponiendo de las mejores jugadas del partido, sin embargo, el portero Carlos “Campitos” Díaz lograba enfriar las acciones de peligro.
El juego estaba abierto, ambos equipos ponían a prueba a sus laterales, quienes se cansaron de mandar balones al área, pero sin éxito pasaban de largo o se quedaban cortos en los servicios.
Por fin la balanza comenzó a inclinarse a favor de los azules, Jardines de Catedral quienes comenzaron a tocar el balón con amor, con cariño, como se trata a la novia, transportándola de un lugar a otro, a tal grado de generar llegadas reales de peligro.
La artillería pesada del conjunto de Jardines se hizo presente por conducto de Leonel Navarrete, al minuto 35, empatando el juego y poniendo sobre la lona al equipo del Atlético Jacona, quien no sabía ni por donde le llegaban ante el agobio del Jardines.
Cuando todos pensaban que el encuentro se iría empatado al descanso del primer tiempo, llegó Néstor Arredondo, del conjunto Jardines de Catedral, desde la defensa, puso a su equipo arriba en la pizarra, dando la voltereta espectacular al marcador.
El medio tiempo llegó y con ello ambas escuadras se marcharon a sus respectivas esquinas, donde ya eran esperados por sus entrenadores, quienes intentaban descifrar la estrategia para hacer daño al equipo rival.
De regreso al partido, el conjunto Blanco y Rojo, Atlético Jacona, comenzó a revolucionar su futbol, con movimientos estratégicos para mantener más tiempo la posesión del balón, siendo esto detectado por el profesor Raúl Sánchez, quien de inmediato hizo los primeros cambios del encuentro.
Los movimientos fueron acertados por su plantel quienes se apoderaron de la media cancha y comenzaron a dar soltura al equipo; por su parte los de Jardines trataban de cerrar filas atrás para no permitir el ingreso de sus contrincantes quienes comenzaban a topar con pared ante la defensa sólida.
Cuando transcurría el minuto 75 Luis Moreno convertía el gol de la igualada, producto de una ejecución de penal bien cobrada; fue entonces que la moneda estaba en el aire, cualquiera de los dos podía ganar y convertirse en el Campeón de Campeones.
Cuando el juego parecía irse a tiempos extras, llegó una jugada bien elaborada por el centro del campo, Ricardo Alonso luego de quitarse de encima a dos de sus rivales, este sacó un potente disparo a media altura y pegado al poste derecho, donde el portero, Álvaro Zárate, pese al gran lance no lograba atajar el balón, viendo cómo se escurría el balón a fondo se su portería.
Con pocos minutos sobre el reloj de Ángel Mejía, todavía el Atlético produjo una llegada de peligro, donde por cuestión de suerte no cayó el gol de empate que hubiera obligado al alargue, pero cuando el balón se niega, no hay quien logre meterlo.
El final del tiempo reglamentario llegó y con ello estalló la alegría y el júbilo de los asistentes que se dieron cita en el pequeño inmueble deportivo que lució sus mejores galas para recibir el mejor encuentro de la Liga Michoacana de Futbol.