-Sirve para que desarrollen habilidades; muchos destacan en diversos rubros
Elena Rojas, Zamora
“Es importante la estimulación temprana para las personas con síndrome de down, esto a efecto de que puedan desarrollar múltiples habilidades, tanto para las artes o para alguna actividad laboral, lograr un buen desempeño de vida y explotar sus propias capacidades. Entre a más temprana edad se atienda a un paciente, su desarrollo y pronostico será mejor”.
Señaló Rosa Lidia Tamayo Ríos, integrante del Patronato Forjadores de Esperanza y Coordinadora de las Áreas de Atención del Centro de Autismo y el Centro de Rehabilitación Integral (CRI) Promotón, “lo que los padres de familia y terapeutas pretendemos es que estas personas logren su independencia, tanto en su cuidado personal, como en el ámbito social y laboral”.
Subrayó que muchas de estas personas han destacado en diversos rubros: “tal es el caso de una diseñadora de modas guatemalteca, un escritor morelense, así como deportistas, gimnastas, modelos, conferencistas, etcétera”.
Por ello, agregó, para que exploten todos sus talentos y puedan sobresalir como cualquier persona, “es fundamental garantizar las oportunidades a las que todos tienen derecho. En el CRI, por ejemplo, se les garantiza estimulación temprana, apoyo psicológico, estimulación multisensorial, terapia de lenguaje y terapia ocupacional para que su desarrollo sea óptimo”.
Puntualizó que inclusive la gente con síndrome de down pueden asistir a escuelas regulares, no obstante, el proceso de inclusión a estas instituciones debe ser muy cuidadoso, “se debe preparar a toda la comunidad educativa para recibir a una persona con necesidades educativas especiales para que no haya situaciones que afecten a la persona que se está incluyendo en dicha escuela”.
Describió que cuando en las escuelas se dan la oportunidad de recibir a estas personas, salen ganando, “porque además de apostar a la inclusión, sensibilizan a los estudiantes, los maestros asumen el reto de ser más creativos y los padres de familia refuerzan la tarea de inculcar en sus hijos el respeto y la solidaridad”.
“Por lo que se convierte en una institución con más valores humanos. Por tanto, si pueden desempeñarse en una escuela regular, siempre y cuando las condiciones estén dadas para recibirlos, debe ser un proceso bien cuidado y con seguimiento de los especialistas”, resaltó.
Indicó, “quienes nacen con síndrome de down son personas extraordinarias, se dice que tienen un cromosoma de más, pero es el cromosoma del amor, son personas muy cariñosas, amorosas, espontaneas, afectivas y emotivas, quienes vienen a enseñarnos a ser mejores seres”.
Añadió, “las personas con síndrome de down presentan un retraso psicomotor y en su desarrollo del lenguaje, pero esta característica la cambia por lo extremadamente sociable que son, si se les estimula a tiempo se pueden desenvolver perfectamente en la sociedad”.
Actualmente el CRI atiende a un total de 98 pacientes con síndrome de down, desde 40 días de nacidos a 35 años. Por las tardes esta institución ofrece un taller de artes y educación física exclusivo para estos pacientes