-Buscan reconciliación con sector, aunque no podrán acercarse a sacramentos de primera mano
-Sacerdotes trabajarán en integridad familiar con nueva encíclica papal
-Violencia, separación temporal e incomprensión lo que más aqueja a núcleos familiares
Oscar De La Rosa, Zamora
“La Iglesia Católica abrirá sus puertas a personas divorciadas. No podemos condenarlos porque finalmente también son hijos de Dios y por consecuencia no pueden quedar excluidos de la vida activa de nuestra labor evangelizadora, por el contrario debemos buscar como acercarlos y darles el acompañamiento necesario a través del análisis de su situación particular”, puntualizó Jaime Calderón Calderón, obispo auxiliar de Zamora, en el marco de una rueda de prensa ofrecida en las oficinas del obispado.
Comentó que la intención de acercar a los divorciados es consolidar una reconciliación con el sector y ofrecer una iglesia misericordiosa para todos, pese a que cada caso es distinto. Al mismo tiempo, clarificó que no podrán acceder de primera mano a los sacramentos, pero sí buscarán la forma de hacer una integración gradual para que cumplan con una tarea de servicio en la tarea evangelizadora.
“Hemos sostenido 2 reuniones con divorciados; han asistido a una celebración religiosa y procuramos que tengan eventos de integración porque finalmente queremos acompañarlos para que puedan desempeñar una vida ejemplar, pese a haber pasado por una situación complicada”, subrayó.
Subrayó que los divorcios se desprenden de problemáticas como la violencia, separación temporal e incomprensión que son los principales flagelos de las familias asentadas en la Diócesis de Zamora, pero consideró que lejos de causar desánimo, son un reto a trabajar por parte de los sacerdotes.
En ese tenor, dijo que trabajarán en la integridad de los núcleos familiares a través de la promoción de la Encíclica Papal “La Alegría del Amor” con la que buscarán atender a esa problemática a partir de la estructura del documento en el que se anteponen valores para que cada uno de los miembros sea partícipe.
Por su parte, Gabino Ordaz Murillo, encargado de la promoción de la encíclica, mencionó que a través del documento hay una exhortación apostólica para que todos los bautizados atiendan el tema de la familia a partir de la realidad en que viven actualmente, sin que se trate de una nueva normativa general.
“Finalmente buscamos atender un problema antropológico que consiste en evitar que la toma de decisiones se vea influenciada por la cultura y que haya una verdadera identidad humana, pese a las transformaciones constantes que ha sufrido el mundo a partir de la globalización”, concluyó.
Numeraria
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