-Importante tener cultura de checarla para evitar complicaciones, entre estas, derrame cerebral o infarto
Elena Rojas, Zamora
“Derivado del estrés, cuestiones emocionales y la falta de sueño por preocupaciones económicas, despidos laborales o estar pensando que serán contagiados de COVID-19, durante estos días de contingencia se ha visto un mayor descontrol de la presión arterial entre las personas, ya sea que la traen alta o muy baja. Lo ideal es tenerla en 120/80 o 130/80, que es cuando se puede decir que se tiene una presión normal”, señaló Guadalupe Zuno Espinoza, capacitada en primeros auxilios, quien desde hace 15 años toma la presión en la plaza principal.
Indicó que generalmente a los jóvenes son a quienes les llega a bajar su presión por las desveladas, traspasadas o porque son diabéticos, “es recomendable consumir calorías para estabilizarla y con ello eviten mareos, cansancio, dolor de cabeza y desmayos por la debilidad del cuerpo.
En contraste a las personas mayores les sube, a la gran mayoría porque son hipertensos y en ocasiones sus medicamentos no están haciendo el efecto deseado por el estrés que traen consigo, o bien esta se les eleva a consecuencia de algún susto, coraje o problema emocional”.
Mencionó que para estabilizar la presión alta es recomendable que tomen jugo de toronja o té de alpiste, “los síntomas de la presión alta son: desesperación, nervios, zumbido en los oídos y dolor de cabeza; por lo que es más peligrosa que la baja, ya que puede ocasionar un infarto o derrame cerebral. De cada 10 personas que les checa la presión, el 80% son hipertensas y diabéticas, por lo que la alimentación influye mucho en el control de esta, hay que comer a nuestras horas y dejar de consumir grasas, sal, carnes rojas, hacer ejercicio y consumir agua natural (3 litros diarios)”.
Sostuvo que es importante no dejar a un lado el chequeo frecuente de la presión porque esta puede variar de un momento a otro por un coraje, un susto o depresión ante una situación inesperada, “en esta temporada de calor también es más común este descontrol en la presión, toda vez que hay mayor agitación física al caminar bajo el sol”.
Finalmente lamentó que tras la pandemia y desaparición del programa Prospera, bajó el número de personas que se checan la presión en esta plaza, “por temor no hay mucha gente en las calles, además el programa citado los obligaba a estar más al pendiente de su presión. Sin embargo de manera general puedo decir que previo a esta pandemia si existía una cultura del zamorano de checarse constantemente su presión”.