Elena Rojas, Zamora
“El machismo lo inculca la madre, la gran trasmisora de ese machismo del padre es ella, porque es la que nos educa, la que nos enseña: no mijito, tú no hagas nada, yo te sirvo, yo te plancho… Este asunto a través del cual los varones deberíamos aprender todo lo que significa el trabajo de una casa nos es negado por la madre, que nos atiende y nos da todo y después crecemos como patanes, que encima le estamos exigiendo, despreciamos su trabajo, nunca lo agradecemos , siempre reclamamos ,etc.”, señaló el investigador del Colegio de Michoacán (Colmich) y psicólogo, Víctor Ortiz Aguirre.
“Este es un grave problema sabido por feministas, gente que estudiamos género y demás; insisto la gran trasmisora del machismo es la madre, aparte de algunos medios de educación, iglesia y escuela, pero la que nos funda como machos es ella”.
Por tanto dijo hay mucho que trabajar en ese sentido, “yo creo que la madre tendría que ser, no la que nos quiera mantener bajo sus enaguas toda la vida y nosotros felices de baquetones, sino la que nos diera alas para volar”.
En este orden de ideas recordó un cuento africano muy ilustrativo, “un águila quiere pasar sus tres polluelos del otro lado del abismo, agarra el primero y en pleno vuelo le dice ¿Qué vas a ser cuando seas grande? Y el polluelo le dice: quedarme contigo para cuidarte y lo suelta al vacío; segundo polluelo, le pregunta lo mismo y responde de igual manera, también lo suelta y tercer polluelo ¿Qué vas hacer cuando seas grande?..Madre mía te quiero muchísimo, pero voy a volar para hacer mi propio nido y volar en mis propios aires, fue el único polluelo que le permitió la vida y lo paso del otro lado“.
Como el ejemplo anterior señaló debería ser la función de la madre “una función mucho más sintonizada con la vida, con los tiempos actuales, de crearnos para dejarnos ir, que tengan consciencia de eso. Esto no implica que tengan que romper las relaciones, implica tener la salud mental de que si mi madre me pareo físicamente, entender cuando yo pueda hacerme cargo de mi. Me tiene que parir psicológicamente y yo aceptar que ya soy grandecito como para seguir bajo la sombra de ella”.
Estos apegos a la madre, dijo, van generando relaciones profundamente ambivalentes y patológicas “La patología no se da por proximidad física, sino una mala cercanía psicología, un sobre involucramiento”.
Tal es el caso de los mal llamados ninis, concluyó: “estos chavalos no logran encontrar un sentido, porque no hay trabajo, porque no quisieron o no pudieron estudiar, tienen 25 a 35 años y siguen viviendo con su madre, por lo que se arman relaciones patológicas, porque la madre ya no sabe como quitárselos de encima, y entra todo este conflicto amor-odio, y se van creando relaciones profundamente ambivalentes”.
Numeraria
10 DE Mayo día de las madres