Oscar De La Rosa, Zamora
El Día de Reyes es una tradición como pocas, en especial en Michoacán, que marca la vida de todas las personas que tuvieron la posibilidad de recibir un juguete o regalo durante el 6 de enero, entre bicicletas, juegos de mesa, pistas de carros, muñecas, figuras de acción, pelotas, canicas, juguetes tradicionales e incluso una cubeta de galletas.
Zamoranos abordados por EL INDEPENDIENTE TV señalaron que es una tradición que no debe perderse y que es responsabilidad de los adultos mantener las costumbres y buenos valores entre los infantes que con ilusión siempre esperan la llegada de los Reyes Magos, quienes acostumbran a dejar los regalos el 6 de enero junto al zapato o árbol de navidad.
“Aunque mi hijo se porte de la chingada (sic) siempre uno es capaz de hacer que llegue por lo menos el último rey mago, aunque sea arrastrando los pies. Uno siempre trata de portarse bien en ese sentido y con creces cumplimos en esta parte del año para que los niños sean felices en esta fecha y de esa manera mantener la armonía familiar”, puntualizaron.
Indicaron que algo que no puede olvidarse del Día de Reyes es la tradicional rosca que es el último manjar de las fiestas de fin y principio de año para que a quien lo toque mono de las piezas de pan pague los tamales para el próximo día de La Candelaria que se celebra el 2 de febrero con el levantamiento del niño Dios.
Agregaron que por las condiciones económicas del año pasado quien más frecuentó los hogares fue Baltasar (considerado el más pobre de los Reyes Magos), porque los juguetes fueron limitados para todos los niños, pero siempre con la firme intención de que un infante no se quedara sin la oportunidad de ser feliz en lo que consideraron: “un ambiente social complejo”.