José Guerra/Cojumatlán.
Estudios realizados por la UNAM establecen que diabetes, cáncer y enfermedades renales se derivan de la utilización de plaguicidas del tipo organoclorado en esta región en cuyo suelo aún existen residuos de DDT.
De acuerdo a María Antonieta Ochoa, investigadora de tiempo completo de la UAER-UNAM se ha documentado el uso de plaguicidas, especialmente los organoclorados con la disrupción orgánica y por tanto con problemas de obesidad y diabetes.
“Se eligió Cojumatlán después de un estudio detallado de un trabajo realizado por el Ciidir-IPN en el que se encontraba evidencia que aquí, en Cojumatlán se usaba aún un agroquímico organoclorado denominado Aldrín”.
Señaló que tras una revisión de datos epidemiológicos sobre la alta prevalencia de diabetes en esta región se buscó conocer si existía relación alguna entre estos temas por lo que tras plantear la hipótesis se realizó trabajo tanto de gabinete como de campo con los jornaleros, productores y consumidores.
“Pero también lleva un trabajo muy delicado en la parte analítica porque se han determinado residuos e estos agroquímicos organoclorados en sangre; este estudio se realiza bajo la técnica de cromatografía de gases en 5 mililitros de sangre, tuvimos un muestra pequeña porque el costo es alto, entre individuos sanos e individuos que presentaran diabetes”.
En el estudio fueron contempladas doce personas sanas y el resto se trató de personas diabéticas; entre los resultados encontrados la Doctora Ochoa destacó la presencia de DDT, un plaguicida en desuso desde hace cerca de 30 años sin embargo su presencia en uno de los grupos muestreados implica que éste es uno de los pesticidas persistentes ya en el ambiente y está en los sedimentos en el suelo y por tanto se incorpora a la cadena trófica.
“Consumimos productos que están en nuestro entorno, entonces sí encontramos residuos de DDT, residuos de un metabolito, que son aún más agresivos en el organismo, como Aldrín en sangre esto significa que nuestra población estuvo expuesta y está expuesta”.
Señaló que el Centro de Ciencias de la Atmósfera de la UNAM realizó un estudio de biomarcadores para determinar la vulnerabilidad de la población expuesta a agroquímicos a enfermedades como diabetes, cáncer e insuficiencia renal crónica. “Estos estudios también ya los tenemos y os resultados son también significativos ya que la población de Cojumatlán, expuesta directa e indirectamente a plaguicidas ya tiene un daño a nivel de DNA, y ya está susceptible a estas enfermedades”.
Es de destacar que estos estudios complementarios permiten no generar una alarma sobre este tema sino crear conciencia en cuanto a la reglamentación del uso de estos productos.
Señaló la investigadora que una e las acciones a tomar es la de generar un escudo protector en cuanto a la alimentación para que el daño sea menor.