Secrecía.
José Luis Ceja Guerra.
Uno de los grandes tópicos en los cafés, bares y cantinas de Jiquilpan es quiénes ocuparán las diferentes direcciones de este municipio a partir de septiembre próximo y, hábilmente, está información no está todavía disponible.
Lo anterior es entendible ya que los ideólogos de la nueva administración de Jiquilpan no quieren exponerse a la quema pública por parte de las organizaciones sociales de este lugar ya que, seguramente, los nombres aún tengan los mejores perfiles, serán cuestionados.
Lo cierto es que esta secrecía mata al morbo del respetable que estás ansioso ya por demeritar los nombres que seguramente serán dados a conocer la próxima semana; lo cierto es que aunque ganó en las urnas, la próxima administración tiene la cuesta muy arriba por diversas razones, la primera de ellas es el rompimiento interno surgido a raíz de la candidatura de Clemente Covarrubias; después, la desbandada de tricolores al Verde Ecologista y después los jaloneos por la integración de la planilla de regidores y finalmente los que se acercaron merced a negociaciones que no dejaron contento al priismo jiquilpense.
Pero e todos lados se cuecen habas y mientras el PRI de Sahuayo prepara a sus huestes para ejercer un férreo seguimiento a la administración de Armando Tejeda, el PRD de este municipio inicia por el proceso lógico, recomponerse y aceptar su realidad en el entorno político de este municipio.
Y es que previo a la elección el PRD de Sahuayo aseguraba tener garantizados al menos 15 mil votos a la alcaldía y la verdad es que la votación obtenida fue sensiblemente menor, incluso perdió posiciones en el cabildo local.
La estrepitosa caída del PRD en este proceso electoral puede explicarse de la manera más sencilla: por un lado el rompimiento con el grupo de Wendy Macías Parra le quitó solidez financiera, la llegada de Francisco Mora como candidato a diputado federal le restó popularidad al perredismo de Sahuayo y la candidatura de Patricia Zamora le restó seriedad, si a eso se le suma que repitió como candidato Jesús Cervantes y que Jesús González, líder de la Unión Democrática Campesina se fue a buscar otros horizontes políticos, la derrota del PRD en Sahuayo era un asunto cantado.
En el PRI la derrota se debió principalmente a una deficiente planeación, a ese afán de encargar las tareas delicadas del proceso a los recomendados de Jalisco de un empresario local quienes se empeñaron en ver la elección como un juego de niños pero además el afán de imponer nuevamente la candidatura de Roberto Gálvez a la alcaldía, un hombre que venía severamente cuestionado por un asunto relacionado a la donación de unos terrenos para construir un santuario, asunto que, presuntamen5te, se acordó con la Diócesis a espaldas de la feligresía.
Ante ese escenario el PAN con cualquier candidato hubiera podido ganar sin embargo designaron desde el día 1 de esta administración al entonces tesorero Armando Tejeda, ese que ahora es presidente electo y que, dicen, es el dueño intelectual de la imagen del Tlahualil.