¿Cómo para qué?
José Luis Ceja Guerra
La renuncia de Luis Lúa Rubio a la Dirección de Seguridad Pública de Jiquilpan no es ni con mucho una pérdida lamentable, puesto que era de sobra conocido que su capacidad y don de mando nunca estuvo por encima de la de sus elementos rasos y menos de sus comandantes.
De tal suerte que ante los cuestionamientos de si su encargo se lo debía a su esposa y su primo, ambos regidores del PRD en Jiquilpan o de si podía o no podía meter en cintura a los genízaros a su cargo parece que el litigante en ciernes ha encontrado la única salida honorable que le quedaba y la ha tomado.
Para efectos prácticos, la Dirección de Seguridad Pública de Jiquilpan estaba desde hace mucho tiempo, prácticamente desde la salida de Francisco Ayala, acéfala pues no existió jamás durante el encargo de Lúa Rubio siquiera un barrunto de orden al interior de la corporación y fue más conocido por reclamar a los funcionarios de este municipio que se atrevían a señalar alguna de las innumerables fallas de su corporación que a garantizar seguridad, en la medida de sus posibilidades a esta corporación.
Quizá fue solo mala suerte pues seguros estamos que la capacidad de este joven político pudiera haber sido bastante provechosa al municipio pero desde otro encargo porque a fin de cuentas y hasta antes de ser jefe de los polimunicipales, Luis Lúa Rubio era incluso una persona querida y respetada por la sociedad jiquilpense.
El tema que puso la nota de color fue la detención del dos veces ex alcalde de Jiquilpan al que acusaron de agredir a dos mujeres de su propio partido político y es que, la malsana costumbre o la incapacidad de los perredistas para separar el estómago del cerebro a la hora de tomar decisiones o emprender acciones es realmente de preocupar.
Hace algunos años el que esto firma fue sacado de una asamblea ordinaria del PRD, recuerdo, no sin cierta tristeza que era entonces presidente de este comité Francisco Álvarez a quien sin el más mínimo respeto a la investidura Francisco Mora le pide mi salida del local por el horrendo crimen de dedicarme al segundo oficio más antiguo del mundo en ese entonces una joven llamada Wendy de quien no vale la pena señalar apellidos fue la primera que coreó y vitoreó la decisión de Mora Ciprés.
Extrañamente fue esta jovencita la que ha puesto aunque sea por algunas horas en la cárcel al ex diputado federal, entre aquella ocasión y esta ha pasado mucha agua bajo el puente sin embargo me queda claro que el grupo dominante del PRD es el que comanda Wendy que, de acuerdo a la revisión de su conducta en los últimos meses no tarda en dar la espalda a su actual mecenas y es que esto es así, al menos en el plano local, los perredistas se han vuelto especialistas en el doble discurso y el tejido fino de intrincadas telarañas.
Lo de Mora Ciprés es evidentemente una jugada política y no porque el ex alcalde representara seriamente un riesgo para las aspiraciones de quienes pretenden controlar el comité estatal. No simplemente exhibir de esta manera al ex alcalde era dar un golpe de poder en su tierra natal, era la forma, decía mi abuelo, en que la perra aplaca a los cachorros.
En ese sentido habrá que esperar el contra ataque, sino del ex alcalde por lo menos de parte del grupo que le guarda todavía lealtad aunque después de la dolorosa derrota que significó para su grupo la elección en la tenencia de Totolán, será muy complicado que con un líder ahora cuestionado severamente por la ciudadanía puedan responder a la guerra iniciada por los silvanistas.
Entre jefes policíacos que se van y ex alcaldes que encierra por agresores a mujeres quedan todavía cuentas pendientes entre estos dos actores político sociales aunque es de reconocer la eficiencia, prontitud y prestancia de la policía ministerial que aprehendió en tiempo récord al ex alcalde.
Ojalá el señor al que le robaron en su casa, la mujer a la que le arrebataron la cartera en plena calle, el anciano que golpearon, la indígena que fue sometida hubieran contado con la misma eficacia con que estos servidores públicos le hicieron justicia a una operadora política de esta región.