Colgados de la brocha
José Luis Ceja Guerra
El pretender obtener tajada política de temas sensibles sólo es posible si quien pretende obtenerla tiene la habilidad política para hacerlo, en caso contrario se corre el riesgo de perder lo poco que se ha ganado.
Durante la semana que terminó, los trabajadores del municipio de Jiquilpan que fueron cesados por desatender sus labores para presentarse ante el Secretario del Ayuntamiento y notificar la conformación de una nueva organización sindical buscaron el apoyo de los regidores de la fracción perredista y de Gerardo Olloqui Estrada, presidente del Comité Ejecutivo Municipal del PRD, y aunque, de acuerdo a los mismos trabajadores tanto los regidores como el titular del CEM-PRD prometieron apoyarlos, lo cierto es que el día de las negociaciones y ante el cuestionamiento de los medios dijeron estar en la alcaldía por otros asuntos, esto es, dejaron a los trabajadores colgados de la brocha y alegremente se llevaron la escalera.
El asunto de los trabajadores que fueron cesados tiene varias aristas pues mientras la versión oficial establece que fueron separados de sus encargos por desatender por un par de horas sus labores, existe en contraparte otra versión por parte de los trabajadores en el sentido de que con estos despidos se coartó el derecho constitucional de sindicalizarse de acuerdo al párrafo XVI del título Sexto, del trabajo y la previsión social del artículo 123 de la Constitución Política de los Estados Unido Mexicanos: “ tanto los obreros como los empresarios tendrán derecho para coaligarse en defensa de sus respectivos intereses, formando sindicatos, asociaciones profesionales, etc.”.
En ese sentido y en el entendido de que quienes fueron despedidos dieron a entender la posibilidad de establecer un proceso contra la administración local, falta ver cuál será la postura que asuma el profesional del derecho que les asesore, si irá por el tema de la reinstalación o acusará por la violación al derecho constitucional de los empleados.
A más del golpe económico que esto pudiera implicar para la administración el problema real será el costo político sobre todo en el PRD ya que tanto los responsables de la administración como los trabajadores militan en este órgano político; de acuerdo a las declaraciones vertidas por el alcalde Francisco Álvarez, el cese de estos trabajadores fue una decisión tomada por José Luis Román, Oficial Mayor del municipio en cuanto a jefe de personal.
Esto abre otra vertiente de discusión en el tema ya que bien a bien, Román Grijalva, no ha declarado sin asomo de dudas cuál fue el motivo del cese de los trabajadores y la lógica ya preestablecida indica que su declaración será que fueron cesados por abandonar sus labores para hacer la presentación de su naciente organización.
De ser así, el funcionario entrará en un berenjenal del que ocupará (citando a Jairo Calixto Albarrán) GPS, brújula y sextante para poder salir ya que el cuestionamiento será el de por qué algunos funcionarios de primer nivel que utilizan sellos de su dependencia, tiempo que le paga el ayuntamiento y personal pagado por el municipio para promocionar eventos de una de las tantas cooperativas que asesora o dirige, se le cuestionará también al Oficial Mayor sobre si se pondrá piso parejo para aquellos trabajadores cuya principal función es simular que trabajan mientras, en horas de trabajo, mantienen una intensa actividad en las redes sociales o utilizan el tiempo pagado por el pueblo para realizar trabajos de unos de estos famosos “Consejos” a cuya conformación son tan afectos los jiquilpenses.