José Luis Ceja Guerra
Poco a poco las campañas políticas en esta región van tomando rumbo y los aspirantes a la diputación por el distrito de Jiquilpan comienzan a dejar de lado la promoción de los candidatos presidenciales de sus partidos para concentrarse más en la propia.
Lo anterior resulta lógico si se toma en cuenta que los aspirantes, de acuerdo a los integrantes de sus equipos de campaña, no han recibido recursos ni en metálico ni en especie para sus trabajos de proselitismo, por tanto, optaron por invertir sus escasos activos en su propia promoción.
A estas alturas resultaría aventurado y aún irresponsable señalar una ventaja definitiva para alguno de los aspirantes a la diputación pese a la aparición en las redes sociales de multitud de encuestas en las que no se explica ni la metodología, ni el margen de error, vamos, no se menciona ni el autor de las encuestas.
Pero bien que mal, estos sondeos permiten al menos ver cierta tendencia de los usuarios de estas redes sociales pero hay que recordar que no todos los electores son usuarios de estas tecnologías por lo que la tendencia de voto tendrá que ser analizada a la vieja usanza, es decir, contar las cabezas que se dan cita en salones, plazas públicas y esquinas para escuchar a los candidatos.
Aún con esta dinámica de sondeo sería difícil señalar alguna ventaja ya que, para curarse en salud, algunos aspirantes han dicho que no buscan más reuniones masivas sino encuentros en corto con líderes de sectores y organizaciones sociales y otros aspirantes van más allá al buscar el encuentro con el votante puerta por puerta.
Y como es natural en la contienda electoral lo que se busca es ponderar la propia imagen y opacar la del adversario por lo que al más puro estilo de fútbol americano los equipos de campaña de dividen en los de defensa y de ataque, esto es, un equipo destinado a la promoción de la imagen y otro que opera en las sombras para lo que pudiera ofrecerse.
Ya en materia de propuestas, tuvo que ser un político jalisciense el que pusiera el dedo en la llaga sobre los asuntos primordiales de esta región; para nadie es un secreto que la economía de la Ciénega de Chapala está fincada en la agricultura, la pesca y la ganadería, actividades que dependen directamente del Lago de Chapala que curiosamente ha estado ausente en los discursos de los aspirantes a legislador.
Fue el aspirante de Movimiento Ciudadano a gobernar lo que fuera la Nueva Galicia, Enrique Alfaro en reuniones en municipios jalisciense que se ubican en las cercanías de este embalse el que señaló tajante su intención de frenar el proyecto de la línea dos del acueducto de Chapala a Guadalajara, y es que el tema del Lago no entiende límites político, el tema es que se busca extraer más agua de Chapala lo que afectará ambas ciénagas, la de Jalisco y la de Michoacán.
Y los actores políticos locales están de fiesta por el tema de la aprobación de las candidaturas independientes o ciudadanas y afirman que sólo es cuestión de tiempo para que el ámbito estatal y municipal puedan presentarse también candidaturas sin estar sujetos a las exigencias de partidos políticos, lo malo es que, con partidos políticos o sin ellos hay municipios en la Ciénega que son gobernados por grupos de poder que se auto nombran como las fuerzas vivas.
Por cierto que la gran mayoría de los encargados del orden, jefes de tenencia y presidentes de juntas vecinales en Jiquilpan se preguntan dónde rayos se publicó la convocatoria para la integración del Consejo Municipal de Seguridad Pública ya que en la lista oficial de integrantes están más o menos los mismos nombres de honorables ciudadanos que integran cuanto comité es necesario en la población.