José Luis Ceja Guerra
Cierto, en la forma, los discursos de los diputados federales priistas Salvador Romero y Alfredo Anaya parecen no coincidir, sin embargo en el fondo cada uno lleva su propio sustento y aunque pareciera una paradoja, desde su particular punto de vista cada uno lleva la razón.
Y es que al menos en la segunda y tercera reunión distrital de diputados federales, diputados locales, autoridades municipales y directivos de módulos de riego, los discursos ofrecidos por ambos legisladores han caminado en rumbos distintos.
Primero fue lo de la Reforma Laboral en la reunión de Sahuayo, ahora en el municipio de Briseñas, fue Anaya Gudiño quien le puso el cascabel al gato cuando en su discurso, en el que brincó indiscriminadamente de tema en tema, señaló el precario estado de la productividad de esta región.
Por su parte, segundos después y en el mismo micrófono, Salvador Romero alentaba a los productores para la presentación de proyectos que permitieran alcanzar mayores posibilidades de producción.
La postura asumida por el ex edil de Sahuayo ha puesto inquietud entre los asistentes a estas reuniones quienes esperan encontrar en los tres representantes populares del PRI una fortaleza para sus proyectos aunque esto no necesariamente indica un antagonismo entre Alfredo Anaya y Salvador Romero aunque hay quien asegura que Romero Valencia podría lograr en el primer intento la conquista del Solio de Ocampo, única joya política que por diversos factores se le ha negado a Anaya Gudiño.
Por cierto que existe cierta inconformidad entre algunos funcionarios del municipio de Jiquilpan luego de que en diversos medios de comunicación se diera cuenta del desaire hecho por la Secretaria de Turismo Federal Gloria Guevara Manzo para visitar un proyecto en la ciudad y de la supuesta agresión verbal de uno de los funcionarios locales para con un representante de los medios de comunicación y como el león cree que todos son de su condición ahora resulta que totalmente indignados los funcionarios acusan a los medios de manera generalizada de ser mentirosos y golpeadores sin embargo parece que tienen temor de hacer de manera formal una reclamación por escrito de estos hechos ya que, en principio, aseguran, la funcionaria federal no estuvo en esa ocasión en esta ciudad.
Decía mi abuelo, un sabio arriero, que las causas valen no por sí mismas sino por quién las encabeza, y parece que el dicho del arriero resulta cierto porque aquellos que antaño se mofaron del proyecto de Francisco Mora por ingresar a Jiquilpan dentro del programa de Pueblos Mágicos, mismo proyecto que comienza a ser visto con seriedad por la sociedad civil tras el relevo municipal.
En suma la sociedad creía que lo de Pueblo Mágico era otra de las hilarantes bromas del pintoresco ex alcalde, bromas a las que de sobra tenía acostumbrada a la población.
Pese a que muchos jiquilpenses no tienen en gran estima al diputado federal, coordinador de la bancada perredista en la Cámara Baja, Silvano Aureolesm sí hay un motivo de agradecimiento.
Gracias a Silvano Aureoles y Francisco Mora, desde el 20 de noviembre del 2010 las autoridades locales en turno han omitido el tedioso y a veces vacío discurso después de los desfiles; así los ciudadanos pueden marcharse después del desfile sin el cargo de conciencia de dejar al orador hablando a las bancas de cemento vacías.