Pónganse de acuerdo.
José Luis Ceja Guerra.
Parece ser que, desde ya, el tema de la candidatura en común PAN/PRD por la alcaldía de Sahuayo se ha vuelto la manzana de la discordia pues mientras las dirigencias estatales de ambos partidos la ven como un hecho, la militancia local ya dio a conocer el nombre de su precandidato.
Esto podría plantear dos escenarios para las próximas semanas, el primero que en perredismo de Sahuayo no confía en que las dirigencias estatales logren llegar a un acuerdo que les permita al menos co-gobernar a la sombra del PAN en caso de ir en candidatura común y ganar el proceso extraordinario de diciembre próximo; el otro escenario es que, con la nominación de Jorge Armando Sánchez Magallón como precandidato único, los perredistas sahuayenses estarían haciendo el anuncio de una franca rebeldía a lo que dispone su comité estatal.
Ambos escenarios son complicados y los acontecimientos políticos de esta semana se contradicen unos a otros, por un lado todavía el jueves pasado en el marco del festejo por el 76 aniversario de Acción Nacional y la nominación de Rodrigo Sánchez Zepeda como pre candidato de unidad del PAN, Antonio Berber, Secretario General del PAN Michoacán, señalaba tener la confianza de lograr acuerdos con el PRD para la candidatura común pero por el otro el PRD preparaba ya el destape de su precandidato lo que indica que, al menos en el PRD se rompió la comunicación entre las dirigencias estatal y local o no se entendió lo que la semana pasada dijera Carlos Torres Piña, presidente del PRD en Michoacán en el sentido de que este tipo de decisiones eran competencia exclusiva del comité estatal.
Son este tipo de cuestiones, además e la fecha de la elección (6 de diciembre) lo que pone el morbo de la ciudadanía sobre este proceso extraordinario que obliga a que la festividad en honor a la Virgen de Guadalupe, al menos en lo que compete a lo que paga el municipio, arranque un día después de la elección.
La complicación es el tema de la subjetividad con que se abordará el proceso previo a la elección habida cuenta de que Sahuayo es una población con una raigambre católica por encima de cuestiones político-electorales y, en ese sentido, los jueces de esta elección tendrán que apegarse al marco jurídico, al librito pues, para aplicar la ley sin violentar los derechos de cada uno de los actores políticos.
Las fiestas en honor a la Virgen de Guadalupe se componen básicamente de reuniones masivas con innegables fines religiosos, obvio, ¿luego entonces los candidatos a la alcaldía deberán eximirse de manifestar su fe para no ser sancionados?, esto es, ¿No podrán asistir a las celebraciones de la fe en la que fueron educados, no podrán cantar las mañanitas, pasear en la plaza, dar la vuelta al santuario para que no se les acuse de colgarse de eventos religiosos?
Es definitivo que las autoridades electorales tuvieron sus motivos para determinar el 6 de diciembre para la celebración de esta elección, acá la pregunta podría ser si quienes determinaron esta fecha conocían la tradición cultural de este municipio y lo que implica que al sahuayense le restrinjan el festejo de su fe.
Lo cierto es que desde ahora los precandidatos deberán integrar su equipo de estudiosos de la ley electoral porque un ademán sobre el rostro puede ser interpretado como señal de la cruz, una cabeza baja en actitud pensativa puede ser interpretada como un acto de oración y unos brazos abiertos en un mitin político puede ser interpretados como una emulación de la pose del Cristo Rey, esto se vuelve pues un tema de subjetividad.