José Guerra, Sahuayo
Además de la escasa producción pesquera, integrantes de las cooperativas de pescadores de la región de Cojumatlán enfrentan también el robo de avíos y motores de sus embarcaciones lo que en muchas ocasiones origina el quebranto económico total de familias.
Lo anterior fue denunciado por Julián Rivas, presidente de la cooperativa de pescadores La Esperanza de la comunidad de Palo Alto justo en los límites con el Estado de Jalisco: “Hemos tenido quejas de varios compañeros a los que les han robado sus motores y hasta el momento las autoridades no han hecho nada”.
Sobre el monto económico que implican estos ilícitos, el representante de estos pescadores señaló que en promedio el precio de cada uno de estos equipos es de 40 a 50 mil pesos por lo que, en la intención de prevenir más latrocinios los cooperativistas han optado por establecer rondines de vigilancia en los atracaderos sin embargo ello no ha disminuido el robo de motores o de redes de pesca.
“No tenemos el dato de cuántos robos se dan por mes pero al pobre pescador que le caen los ladrones lo acaban, pero se están robando unos veinte o treinta avíos (redes) por mes pero al pobre que le caen pues lo acaban definitivamente”.
Explicó que el precio de estas redes oscila entre los 250 y los 400 pesos por lo que la pérdida de este tipo de avíos complica la situación económica de los pescadores, pese a ello, reconoció que hasta el momento no se ha presentado una denuncia formal ante los guardias federales de pesca que tienen bajo su resguardo el Lago de Chapala al menos por integrantes de esta cooperativa aunque no descartó que otras organizaciones que se ven también afectadas pudieran haber dado ya el aviso a los agentes federales.