Al no permitir el matrimonio entre personas del mismo sexo, la iglesia no está cayendo en una actitud de homofobia, advierte
Elena Rojas, Zamora
“No debemos luchar contra nadie, ni contra la homofobia, y más aun estando en un ambiente en el que luchan unos contra otros por ideologías, hasta por gustos en la afición deportiva ahora que estamos en la liguilla de futbol. Desde el evangelio, más que hablar de luchas hay que invitar a todos a tener una actitud tolerante hacia quien piensa, siente o cree distinto, puntualizó Javier Navarro Rodríguez, Obispo de Zamora.
Así lo externó ayer en el día internacional de la lucha contra la homofobia. El prelado añadió, “si todos los creyentes en algún Dios o los que niegan incluso la existencia de Dios, coincidimos en que la vida humana es un valor fundamental, habría que partir de nuestras coincidencias más que remarcar nuestras diferencias. Partir de ahí para tratar de armar proyectos sumándonos y no restando ni dividiendo”.
Expresó, “la verdad es de los valores que tienen que estar a la base de toda a relación humana para que a partir de ahí podamos construir. Al que actúa distinto, o al que tiene inclinaciones afectivas distintas de lo que se podría prever, también debemos brindarle comprensión y tener una actitud de escucha y no reprobarlo de entrada. Así no se construye la sociedad y así no va a prosperar una relación humana”.
En ese orden de ideas dijo, “los seres humanos hay que comenzar por aceptarnos como somos y juntos apoyarnos para plantearnos bien en serio como habrá que ser, según las leyes naturales o los que somos creyentes, según Dios”.
Admitió que la iglesia no rechaza la unión entre personas del mismo sexo, más bien opina que dicha unión no puede equipararse al matrimonio, “porque según el plan de Dios, que es la norma máxima de conducta: Dios nos hizo géneros diferentes para que fuéramos complementarios y dos seres iguales en su físico y en su psicología no pueden ser complementarios, si pueden ser amigos y equipo, pero no pueden ser matrimonio donde verdaderamente hay la posibilidad de procreación”.
Indicó que la iglesia al no permitir el matrimonio entre personas del mismo sexo no está cayendo en una actitud de homofobia, “los fanáticos ante una opinión contraria reprueban totalmente a la persona que sostiene ese decir. Los católicos no somos fanáticos. Por tanto no reprobamos a ninguna persona que crea distinto al credo católico, o que tenga inclinaciones en el campo afectivo sexual distintas de los que se esperaría”.
“La iglesia no rechaza que se unan las personas del mismo sexo, lo que no acepta es que se llame matrimonio, porque no puede existir la procreación”, expresó.
Mencionó que “la discriminación no es una actitud evangélica, hay una serie de motivos por los que se discrimina, no solo por distinta preferencia sexual. Los patrones discriminan a la sirvienta o a su trabajador en el campo; un maestro discrimina al niño que va mal en la escuela, un medico discrimina a sus paciente haciéndolo esperar más rato, al no tratarlo con cordialidad, lo cual no ayuda al otro a avanzar en sus salud. En nuestra sociedad hay muchos tipos de discriminación, no obstante se acentúa mucho la discriminación por las preferencias sexuales”.
Dijo, “por ideología de género se anda promoviendo la no discriminación lésbico-gay. Pero en Michoacán hay gente que discrimina a los indígenas. La iglesia está en contra de cualquier tipo de discriminación por motivos de preferencia sexual, creencia religiosa, posición socioeconómica o por ideología política”.
“Nunca hay que considerar al que opina distinto como enemigo, vamos considerando como complementario, porque resulta absurdo y de mucha arrogancia creer que lo pensamos es la verdad. La verdad se logra como una sinfonía, es decir, el aporte de cada tono, instrumento, de cada compás y del ritmo en que cada instrumento tiene que entrar para armar esta melodía que al final resulta armoniosa”, finalizó.
Numeraria
17 de Mayo día internacional de la lucha contra la homofobia