-Sector prácticamente olvidado, ante la adversidad
Elena Rojas, Zamora
De los 500 negocios afiliados a la Cámara Nacional de Comercio en Pequeño (CANACOPE) situados en Zamora, Jacona, Tangancícuaro, Ixtlán, Los Reyes y Santiago Tangamandapio, una cuarta parte se fue a la quiebra a consecuencia del COVID-19.
Los más afectados con este cierre han sido las tiendas de abarrotes de las periferias en las ciudades arriba indicadas, “un año muy complicado este 2020 para este sector, prácticamente los pequeños negocios están olvidados para los tres niveles de gobierno, no hemos recibido apoyo de ningún tipo”.
Así lo informó Carlos Granados Garnica, director de CANACOPE en Zamora, reveló que al principio de año la Secretaria de Economía prometió apoyos en computadoras, “impresoras, estantería para colocación de mercancía e incluso cursos de capacitación y lamentablemente estamos por concluir el año y la ayuda no ha llegado”.
Añadió que desafortunadamente este sector no estaba preparado para hacer frente a estos nuevos retos que impone la pandemia, “si muchos no tenían la solvencia para surtirse de mercancías, mucho menos para cuestiones de sanidad”.
Pero, además, sostuvo que varios siguen rezagados en cuestiones de tecnología para proyectar su imagen, llevar un control de su inventario o inclusive hacer ventas digitales, pues prácticamente son “changarritos”.
Indicó que de los 375 negocios pequeños que a duras penas aún sobreviven, el 60% no ha cumplido con sus cuotas fijas anuales de servicio de afiliación, “es una aportación mínima de 150 pesos, con la cual tienen derecho a asesoría fiscal, contable, jurídica, capacitaciones y en caso de que hubiera apoyos gubernamentales pueden acceder a estos”.
Subrayó que este año han sido casi nulas las reuniones con el resto de los organismos empresariales para en conjunto buscar soluciones respecto a problemas que tienen los agremiados con las instancias fiscalizadoras o de otro tipo, “en otros años la exigencia era hacer mejorías en el servicio del IMSS”.
Dijo que la mayoría de los negocios afiliados a la CANACOPE son cien por ciento familiares, “pocos, sobre todo los del primer cuadro de la ciudad, son los que tienen de uno a dos empleados. De los 125 micronegocios que se fueron a la quiebra, se estima una pérdida de por lo menos 70 empleos”.
“Desafortunadamente vivimos en una incertidumbre total, los negocios que aún sobreviven a duras penas pueden con las rentas, luz, teléfono, etc. Ojalá y la situación se mejore o que por lo menos los 3 niveles de gobierno nos volteen a ver”, concluyó.