-Hay más de 40 establecidos en la zona centro; ganan entre 350 y 500 pesos diarios
Oscar De La Rosa, Zamora
Los cruceros de Zamora son una guerra por el territorio que se disputan indigentes, minusválidos, niños y trabajadores informales (limpiabrisas, malabaristas y vendedores ambulantes) que buscan ganar una limosna o “un pesito” de las personas que van arriba de su unidad vehicular, rumbo a diferentes destinos.
En un recorrido realizado por EL INDEPENDIENTE, se detectó que en los cruces de 5 de Mayo y Juárez, Morelos y Juárez, Madero y Juárez, Pino Suárez y Juárez, Ferrocarril y calle del Jericó y la calzada Zamora Jacona, en el cruce con Virrey de Mendoza, son los puntos donde se concentran más de 40 personas que se dedican a hacer esas labores.
En un sondeo realizado, se detectó que ganan entre 350 y 400 pesos diarios, aunque los niños, son los que menos ingresos perciben. La única opción que tienen para sobrevivir la concentran en llegar al corazón de las personas para despertar su generosidad y de esa manera obtener de 1 a 5 pesos en cada pasada o retención de unidades en los cruceros regulados por los semáforos.
“Tenemos escaso minuto y medio en promedio (duración promedio de la luz roja de un semáforo) para hacer nuestra chambita y de allí obtener lo que hasta ahorita nos da de comer, así como uno que otro gustito. Algunos si lo hacen por necesidad, otros porque de plano ya les gustó vivir así. Recibir un ingreso ya depende del juicio hecho por las personas”, indicó uno de los entrevistados que por razones personales prefirió omitir dar su nombre.
Comentó que otro dato es que también muchas de las personas que llegan a esta localidad a pedir limosna provienen de otros puntos de la Entidad. Llegan de Morelia, de la cañada de los Once Pueblos e incluso de zonas cercanas al Estado de México, dentro de los que le ha tocado conocer.
“Para el vendedor de flores, chicles o limpiavidrios, no importa el temporal o si el sol quema. Aquí llevar para la papa es lo único que cuenta y es de esa manera que buscamos ganarnos una persona entre todo el grupo que se arrima. Hasta ahorita no hemos salido mal o buscado pleito porque alguien nos gana un peso, pero si vemos que si alguien se enoja procuramos llevar la fiesta en paz”, mencionó.
A pregunta expresa, finalizó que todos los días es una zona de guerra por ganar la limosna de la gente y de esa manera atender a sus necesidades personales porque amanecen con el objetivo de llenar sus bolsillos con “circo, maroma y teatro”, que se mantendrá vigente hasta que desaparezca la generosidad de las personas que es lo que mantiene viva esa actividad económica.
Cruces de Zamora: una guerra entre indigentes y trabajadores informales
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