De cada 10 familias que se casan frente a Dios, 5 terminan en divorcio
Elena Rojas, Zamora
“La familia es la base para generar una sociedad de valores. Hoy en día padecemos una grave crisis social porque nuestras familias se han desintegrado, predominan las infidelidades y divorcios. Además la mitad de la sociedad está compuesta por familias que viven en condiciones inhumanas: en chozas o en casuchas como las del Infonavit, en situación de pobreza extrema, por lo que por esa falta de oportunidades, valores y educación en las familias tienden al fracaso y a disolverse, por ello hay tanta descomposición social con rateros, delincuentes, drogadictos y asesinos en las calles, a quienes les faltó que les inculcarán los valores y el sentido de Dios”, señaló Alfonso Verduzco Pardo, sacerdote, en el marco del día de la familia.
Además en la actualidad, continuó, tanto el padre como la madre tienen que salir a trabajar para ganarse el sustento, por lo que los niños se quedan abandonados y son presa fácil del pandillerismo, la drogadicción, el alcoholismo y otros vicios, como ejemplo las dos niñas que acaban de matar, “son pocas las familias que hacen oración juntas, que les inculcan la palabra de Dios a sus hijos y sin espíritu cristiano es muy difícil llevar una vida digna, más aun cuando tenemos un sistema educativo ateo”.
Subrayó que por ello estamos viviendo una sociedad sin valores, con la ausencia de Dios, sin principios, “por eso las estadísticas de homicidios, secuestros, robos siguen a la alza. No es correcto que estemos viviendo en una sociedad con tanta podredumbre, tan disoluta, infiel, inhumana, criminal, injusta y con tantos atropellos”.
Recomendó a los recién casados tener la capacidad de retroalimentar el amor mutuo, conservar y cultivar ese amor que un inicio los unió, además de saber dialogar y escuchar, “el dialogo es el antídoto de todos los problemas. Si supiéramos dialogar, el mundo cambiaría, el expresar nuestros puntos de vista, criterios, sentimientos, resentimientos y anhelos con una libertad total nos abre las puertas del corazón del otro”.
Concluyó al decir que para fortalecer los núcleos familiares ha hecho falta consolidar los valores e incrementar el sentido de Dios, “apegándonos a las 10 normas para ser felices, que son prácticamente los 10 mandamientos. Si los cumpliéramos viviríamos un ambiente de amor, justicia, bondad benevolencia y aceptación mutua. Jesús resume los 10 mandamientos en uno sólo: “amaos los unos a los otros”.