-Danzas le dieron colorido, hubo saldo blanco y una celebración distinta en recinto
Oscar De La Rosa, Zamora.
Concluyó con éxito y sin incidentes el docenario de peregrinaciones rumbo al Santuario Guadalupano. No hubo afectaciones a la circulación vehicular de los danzantes, que le dieron colorido al evento, hubo saldo blanco, de acuerdo con los reportes de la Dirección de Policía y Tránsito.
Cabe mencionar que ahora la celebración fue distinta en el recinto religioso para ponderar las medidas contra el COVID y evitar contagios masivos durante el final del año.
En un recorrido realizado por EL INDEPENDIENTE pudo constatarse que las peregrinaciones fueron rápidas en su trayecto y al término del paso de los contingentes, que durante esta ocasión fueron más reducidos en su mayoría, se reactivó la circulación en cada una de las calles para agilizar el paso de los vehículos por las rúas utilizadas que fueron 5 de Mayo y Juárez, principalmente.
En el caso del Santuario Guadalupano, se abrieron las puertas del atrio después de casi 2 años de permanecer cerradas para dar paso a las peregrinaciones y a las personas que acudieron al recinto a visitar a la Virgen de Guadalupe.
El rector del recinto, Raúl Ventura Navarro, aseguró durante las celebraciones que todo se hizo en un marco de orden y con la suficiente ventilación para evitar cualquier foco de riesgo de COVID, sumado a los filtros sanitarios que se colocaron en los accesos.
La celebración fue distinta a otros años porque desde las 10:00 horas se cerraron las puertas del atrio y no se dio paso abierto a la realización de las mañanitas tradicionales como en otros años.
De esa manera, mucha gente se quedó afuera del espacio durante la madrugada debido a que no hubo acceso y el retiro a los hogares fue a temprana hora, aunque en otras colonias, como El Porvenir y Ramírez, si se hizo el cierre de calles para instalar altares y hacer verbenas familiares y populares.
En el penúltimo día de las peregrinaciones las danzas de las guarecitas y viejitos de Galeana (con más de 60 años de tradición) y la de la familia Bracamontes, fueron las encargadas de brindar una expectación importante de quienes se acercaron en los alrededores del Santuario Guadalupano, de manera que se mantuvieron tradiciones importantes en la materia.