Ventas cayeron más de 50 por ciento; exigen a autoridades agilizar aplicación de vacunas a menores
Elena Rojas, Zamora.
Previo a la pandemia, julio y agosto eran considerados los meses de mayor venta para las papelerías. Los padres de familia abarrotaban estos establecimientos para surtirse de todos los materiales para el regreso a clases de sus hijos, pero ahora, cambió la situación con el retorno a clases, pero de forma virtual.
Lamentó lo anterior Enrique Cruz Hacha, empleado de conocida papelería en la ciudad, puntualizó que las ventas cayeron prácticamente en un 50 por ciento con respecto a los años “normales”, por así llamarlos.
“Anteriormente en esta temporada que era la más privilegiada para nuestro giro, había mucha demanda de libretas, colores, borradores, sacapuntas, hojas, mochilas, etc.; hasta hacían lista de los útiles escolares que iban a compara para que no se les fuera a olvidar nada; ahora ya ni lista traen, como que ya tienen en mente lo poco que van a comprar”, resaltó.
Aseguró que, ante las escasas ventas, en algunas papelerías tuvieron que despedir empleados o reducir horarios laborales, además de que tuvieron que subir los costos de algunos útiles, entre estos los colores, las hojas, los lapiceros, los lápices, entre otros productos, “en la mayoría de ellos incrementaron su precio hasta un 10 por ciento”.
Dijo que los proveedores también se han visto afectados, “y es que reducimos la cantidad de mercancía solicitada. Por lo que, a nuestro gremio, ya le urge se reanuden las clases presenciales.
“Sin embargo, aclaro, somos conscientes del riesgo que representa tener clases presenciales. Por ello exigimos a las autoridades agilizar la aplicación de vacunas en niños y adolescentes. Ya es necesario que el 100 por ciento de la población este inmunizada para que ningún sector este en riesgo”, señaló.
A pregunta expresa, concluyó, sería una inconciencia un retorno presencial, “cuando aun los menores no están vacunados y es que lamentablemente son a los que les está pegando la nueva cepa. Es cierto, nos afecta en la economía que no haya clases presenciales, pero la vida de los menores es más importante”.