El sonorense fue campeón con Diablos Rojos de México y con Leones de Yucatán en la LMB, además de otros campeonatos en la Liga del Pacífico
Ma. Guadalupe Covarrubias, Zamora
Con una blanqueada al Deportivo Nahuátzen de dieciocho carreras contra una, la novena de Tigres de Zamora debutó ayer domingo en el parque de pelota “Francisco González Ibarra” de la unidad deportiva El Chamizal, que registró buena entrada para ver al refuerzo de la Liga Mexicana de Beisbol para los felinos Luis Alejandro “El Rayo” Arredondo, que conectó cuadrangular en el tercer episodio.
Otro ambiente se vivió ayer al mediodía en el diamante local, la llegada del pelotero nativo de Guaymas para reforzar a Tigres de Zamora, le dio otra dimensión al rey de los deportes, máxime que se anunció que el mejor roba bases de todos los tiempos de la LMB, daría sus enseñanzas a los chicos peloteros de la región, eso vislumbró una nueva etapa para la pelota caliente en esta región.
En sus cuatro turnos al bat, el que fuera campeón con Diablos Rojos del México y con Leones de Yucatán en 1994 y 2006, respectivamente, además de obtener los Gallardetes de la Liga del Pacífico con Venados de Mazatlán, Naranjeros de Hermosillo y Yaquis de Ciudad Obregón, en su primera intervención mandó la pelota más allá de la cerca, para el primer cuadrangular del sonorense en estas tierras chongueras.
Otra novedad en el cuadro felino fue el lanzador Manuel Romero “La Pirca” quien aguantó los 9 episodios, regalando chocolates a los bateadores de Nahuatzen, novena que tuvo en la lomilla de lanzamientos al veterano Sergio Rentería, que a la postre cargó con la derrota.
A pesar de que el sinodal que tuvieron los zamoranos, fue una parvada de jovencitos con cuatro veteranos, éstos aguantaron la batería hasta pasado el cuarto episodio, en que la presión de los dirigidos por Pepe Manzo, arreció y más con los batazos del actual jardinero central de Saraperos de Saltillo y compañía.
La única carrera de los visitantes timbró en el quinto episodio, luego de un doble de José Carlos Vigil, que se escurrió por la pradera izquierda, en un visible error del cuidador de la almohadilla de la antesala. A pesar de lo abultado de la pizarra, hubo chispazos de buen beisbol, lo que hace presumir que la temporada en ciernes, será de otro nivel.