José Guerra, Cojumatlán
Ante la necesidad económica y de mano de obra, mujeres de la ex isla de Petatán han decidido lanzarse al lago de Chapala a ejercer actividades de pesca con lo que incrementan la fuerza laboral y los ingresos familiares.
Hasta hace apenas unos meses Flor Esmeralda Cervantes Ávalos se dedicaba de manera exclusiva al procesamiento de peces por lo que percibía en promedio 2.50 pesos por kilo de filete extraído: “Antes fileteaba y ahorita pesco por la necesidad y porque le va a uno mejor”.
Actualmente son cuatro las mujeres que se han sumado a sus parejas o sus familiares varones para incursionar dentro del lago para ejercer como pescadoras, oficio que tradicionalmente se había reservado para los hombres de la comunidad.
Sin embargo y ante el ingreso de agua del Río Lerma a este lago, las corrientes empujan gran cantidad de peces por lo que es necesario utilizar toda la mano de obra disponible, en este caso incluyendo la de las mujeres de esta comunidad.
“Hay varias mujeres que ya están en los grupos (cooperativas) de pesca, no es lo normal porque se acostumbra que sea el hombre el que pesque pero ya viéndose en la necesidad a veces uno también se mete”.
Pese a que no es lo normal Flor Esmeralda asegura que los hombres de esta comunidad no han manifestado malestar por la incursión de las mujeres en el arte de las redes sino que al contrario ven con buenos ojos el apoyo que esto significa.
Con el arribo de peces producto de las descargas del río y la inclusión de la mano de obra femenina, la entrevistada señaló que algunos días la comercialización del producto pescado y ya fileteado deja rendimientos superiores a los dos mil pesos.
“El pescado que nosotros agarramos yo lo fileteo y entrego el filete a una de las fileteadoras (procesadoras) más grandes que llevan el filete a Guadalajara y otras ciudades y así es mejor pagado nuestro pescado”.
Es de destacar que son cuatro las mujeres de esta comunidad las que realizan labores de pesca sin embargo y de acuerdo a la entrevistada se tiene conocimiento de que mujeres de las comunidades de Palo Alto, La Puerta, la Puntita, Rincón de María y Puerto de León están también incursionando en el Lago para pescar.
Es de destacar que con el arribo de la temporada de lluvias la población de peces se incrementó en este embalse y de acuerdo a Alberto Ávalos, de la cooperativa Jalisco/Michoacán pese a que se están terciando (cada tercer día) las incursiones al Lago, la pesca mínima por embarcación supera los cien kilos de peces que son vendidos a las fileteadoras locales a razón de entre 7 y 8 pesos por kilo: “Hay pescadores que sacan buen puño (volumen) entre cien y 150 kilos, hasta 200 kilos por viaje”.
El producto de la venta habrá de distribuirse entre los trabajadores y hacer un apartado para gastos de combustible puesto que esta cooperativa nuevamente ha quedado marginada del programa de gasolina ribereña.
La intención de trabajar un día sí y otro no, obedece a dos razones fundamentales: economizar en cuanto al gasto de combustible y por el otro no desgastar las poblaciones de peces existentes.
Regularmente y cuando las condiciones lo permiten, los pescadores permanece de las 7 de la mañana a las tres de la tarde colocando las redes y trampas para regresar al tercer día para hacer la revisión y retirar el producto aunque, de acuerdo al entrevistado, en ocasiones se ha reportado ya el robo del producto y vandalismo en los avíos de pesca.
Entre los retos que encuentran las mujeres trabajadoras de las redes se encuentra el hecho de que no pueden pescar solas ya que carecen del permiso de pesca comercial requerido por lo que las incursiones al lago tienen que hacerse en compañía del titular del permiso para evitar sanciones por parte de los guardias federales de pesca que de vez en vez patrullan esta región.