-Y por otro lado la juventud es adicta a la tecnología, pero desinformada en temas políticos
Elena Rojas, Jacona
“El malestar contra la política y políticos se debe a la decepción que tiene la sociedad sobre estos. Es tal la decepción en el ejercicio de la política, que mejor el ciudadano muestra indiferencia o prescinde de ella. Lo cual a los que ejercen mala política les da mucho gusto, pues mientras más desinformado este el pueblo más le ven la cara”, señaló Armando González Escoto, director de medios y publicaciones de la Universidad del Valle de Atemajac (UNIVA).
En su reciente visita que dejó huella al hablar de “la sucesión presidencial del 2018 en México”, que llevó a cabo en el auditorio de UNIVA ante estudiantes, funcionarios públicos y medios de comunicación, dijo, “hay mucha gente que argumenta que no se interesa por todo lo que ocurre en el mundo político, porque finalmente no tiene ningún beneficio real ni sustentable. Más bien al ciudadano no le importa lo que ocurra en su país, porque cree que todos son una bola de bandidos y finalmente hacen lo que quieren”.
Señaló que en México el presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) gana el doble de lo que gana el presidente de la SCJ de España. Y con sarcasmo añadió, “claro ellos son pobres y nosotros tenemos para pagar el doble con los impuestos”.
Agregó que se tiene la errónea creencia de que con la participación de los jóvenes en la jornada electoral se va a lograr una verdadera trasformación en la mentalidad social, “se cree que ellos van a cambiar la realidad, pero lamentablemente no logramos que se desapeguen del celular, ¿cómo van a pensar, si su vida es andar en las redes sociales? Para pensar se necesita más que estar dependiendo de un teléfono celular: si me marcan existo”.
Añadió, “estamos ante una juventud adicta a la tecnología, no experta. Una juventud adicta a la tecnología no puede ser la que cambie el futuro del país, cuando no se interesa por temas políticos o educativos. Esta enajenada, le preocupa que llegue el fin de semana para irse al antro y salir hasta atrás de ahí, y que al país le pase lo que sea”.
Dijo que también los empresarios están lejos de cambiar el futuro del país, “son ellos quienes trasmiten al gobierno federal los impuestos de la gente que trabaja, más lo que ellos pagan por todo lo que producen”.
“Para que la empresa pudiera presionar al gobierno, en el sentido de reformar el sistema político que tenemos y producir un cambio se necesitaría que la empresa estuviera unida, lo cual ya es un problema. Casi siempre están peleados unos con otros y en segundo lugar no les gusta ser beneficiarios del gobierno”, resaltó.
Indicó que el año pasado, el gobierno le perdonó a un crecido número de empresarios mexicanos una deuda fiscal de 800 mil millones de pesos, que venían arrastrando de años. “Por lo que difícilmente esos empresarios se van a unir a favor de una reforma política que nos ayude a modificar la realidad política que vivimos”, concluyó.
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