-Salarios raquíticos, falta de oportunidades laborales y de educación los lastres
-Un ejemplo de vulneración a su capacidad de decisión, es el rechazo al aborto
Elena Rojas, Zamora
“El 8 de marzo, más que ser una celebración banal, debe ser una fecha para reflexionar sobre las pésimas condiciones en que las mujeres están viviendo en el país en términos de salario, de acceso a puestos donde se toman decisiones, a oportunidades laborales y al estudio, así como a condiciones de salud reproductiva en legislaciones impuestas como el rechazo al aborto, etc.”, consideró Víctor Ortiz Aguirre, investigador del Colegio de Michoacán (Colmich) y especialista en temas de género.
“Es una conmemoración que desde su origen nace como una postura política. Recordemos que a principios del siglo XX, en Nueva York, los dueños de un taller de costura tapearon ventanas y puertas para que las costureras “no se robaran las cosas”. Hay un incendio y mueren quemadas y asfixiadas 147 mujeres un 25 de marzo”, relató.
“A partir de ahí se instaura el día internacional de la mujer para rememorar todas las condiciones injustas en las cuales ancestralmente hemos sometido a las mujeres. No es un día de festejo, sino de conmemoración de la muerte brutal de estas mujeres”, indicó.
Expresó que una de los ejemplos donde se ve vulnerada la capacidad de decisión de la mujer, es en el rechazo al aborto, “quien tiene que decidir si aborta o no es la propia mujer y nadie más. No tiene por qué decidir el sacerdote, el médico o el abogado, y decida lo que decida debe tener las mejores condiciones para llevarla a cabo, pero estamos tan lejos de eso, y por ello hay un alto índice de abortos clandestinos en el país y de embarazos no deseados entre adolescentes”.
Lamentó que desde la infancia se impone una condición social de la no decisión sobre nuestro propio cuerpo, “tan es así que incluso salieron a la venta unos “casimeritos” son unos muñequitos que son un feto, ¡una cosa espantosa de juguete! Son cabezones con un cuerpo pequeño. Las niñas tienen que cuidar al “casimerito”, porque de lo contrario se muere literalmente. De esta manera se está programando a las niñas a la condición más espantosa que es la obligación de ser madre quieran o no, con la prohibición del aborto”.
Añadió, “ese es un manipuleo asqueroso, porque están creando gente que no va a tener ninguna capacidad crítica, que no va a buscar información, sino emociones. El proyecto de vida se debe tomar en base a una racionalidad, no mediante una emocionalidad”.
En ese sentido dijo, “la construcción de género es brutal. A las mujeres se les obliga a tomar decisiones por la emoción y a los hombres se nos obliga a tomar decisiones por una racionalidad económica”.
Subrayó que además se ha agudizado la misoginia en las salas de parto de los hospitales, “cuando las mujeres están totalmente vulnerables con los dolores del parto, los doctores y enfermeras suelen hacer comentarios misóginos: no te quejes, así te quejabas cuando lo hiciste. Esas son las cosas que se deben trasformar: los vínculos que tenemos entre hombres y mujeres más allá que cambiar las legislaciones”.
“Por tanto el 8 de marzo es un día emblemático de la condición que enfrentan muchas mujeres y que nos invita a la reflexión de una revisión entre hombres y mujeres de nuestras prácticas cotidianas. El 8 de marzo debe ser un día para mirar de manera crítica nuestras colocaciones de género”, finalizó.
Numeraria
1911 se suscitó el caso de costureras que murieron en New York
1ª vez que se convocó a las mujeres a un paro mundial de suspensión de actividades