José Luis Ceja Guerra/Cojumatlán.
Se cuenta ya con los primeros resultados de los muestreos realizados a un grupo de personas de Cojumatlán para detectar la presencia de pesticidas en la sangre que ha generado ya un daño a nivel molecular en este sector poblacional.
María Antonieta Ochoa Ocaña, investigadora de la Unidad Académica de Estudios Regionales de la UNAM, quien encabeza este proyecto destacó que se tienen ya los primeros resultados generados por el rastreo de biomarcadores realizado por el Centro de Ciencias de la Atmósfera de Ciudad Universitaria.
Se trata, dijo, de un estudio generalizado sobre el efecto de los plaguicidas sobre las células, es decir, a través de este estudio se mide el daño al DNA; después de esto, el trabajo realizado por el equipo de Ochoa Ocaña se enfocó en determinar los organoclorados y la relación que guardan con la diabetes.
“La zona que estamos trabajando (Cojumatlán) sí tiene un alto riesgo ya de daño celular por la acción de los plaguicidas; a partir de estos resultados se sugiere que haya un control en cuanto al uso de los plaguicidas en general; en un control biológico de plagas como una alternativa y recomendando a la gente que salió con los niveles altos de lo que se midió a través de este estudio molecular una dieta alta en antioxidantes”.
Recalcó que el estudio realizado en esta población es de carácter preventivo, esto con la finalidad de decir a la gente de esta localidad que está aún en tiempo de modificar ciertos patrones de vida para evitar un problema de salud mayor como diabetes, cáncer, problemas neurológicos, renales, hepáticos generados por acción de estos plaguicidas.
Es de recordar que hace unos meses mientras desarrollaba un programad e nutrición a base de amaranto para un sector en específico de este municipio, Margarita Ochoa alertó sobre la presencia de plaguicidas como Aldrín y DDT en las muestras de sangre de este grupo de control.