-Afirma especialista en género, independientemente de otros factores.
Elena Rojas, Jacona
“Aunque si bien el cáncer cervicouterino está asociado con muchos factores, este también tiene su origen en la falta de empoderamiento de las mujeres”, consideró Alma Miriam Bermúdez Espinoza, especialista en género y docente e investigadora de la Escuela de Trabajo Social de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Así lo externó la también hija del autor de la canción “caminos de Michoacán” en su visita a esta ciudad para abordar la conferencia “género como categoría de análisis”, que ofreció a estudiantes de conocida universidad en el Mesón del Valle, en un evento que inauguraron autoridades de este municipio.
Comentó que desde hace 5 años trabaja en una investigación con pacientes con este padecimiento oncológico en el Hospital general de México “me encargo de la parte social. Lo que me he encontrado dolorosamente es que muchas de las pacientes que se infectan de papiloma desarrollan cáncer cervicouterino, segunda causa de mortandad en el país”.
Añadió “esta enfermedad se podría evitar si las mujeres tuvieran empoderamiento y le exigieran la protección a su pareja, que esta tenga la higiene apropiada. Lamentablemente no tienen la capacidad para exigir, ni tampoco para tomar consciencia sobre sus propias decisiones, pues muchas veces llegan incluso con la enfermedad ya muy avanzada, porque por prejuicios no buscan ayuda médica. Deben ser conscientes de hacerse un papanicolau para que se detecte a tiempo la enfermedad”, comentó
Agregó “las mujeres deben exigirle al marido que se ponga el condón. Me ha tocado casos de pacientes que las golpean porque las culpan de ser infieles por que el marido no acepta que él la infecto y no tiene la sensibilidad ni la consciencia de acompañarla a un tratamiento. Por no afrontar la situación son capaces de voltear y disfrazar todo”.
Sostuvo “el perfil de las mujeres con cáncer cervicouterino es en su mayoría con bajo nivel socio económico, poco acceso a la educación, poca higiene, viven en una situación precaria, poco acceso a la información”.
Señaló que tanto el cáncer cervicouterino, el cansancio crónico, la depresión y el alcoholismo, tienen que ver con esas inequidades que se viven todos los días “con la situación económica, social y política que prevalece en el país”.
Dejó en claro que hombres y mujeres no son un complemento uno del otro, sino que somos seres completos “cada quienes debe tener un proyecto de vida de acuerdo a sus propias convicciones. Si seguimos pensando en relaciones que nos complementan, que nos hacen uno, seguimos perpetuando la violencia”, finalizo.
NUMERARIA
30 y 50 años, rango de edad de las más afectadas con cáncer cervicouterino