Noé Ortiz
Entre tragicómico y patético me resulta la discusión generada en torno a la coincidencia de horarios entre el debate entre candidatos y el partido de liguilla entre Monarcas y Tigres: cómico el llamado del IFE a la Federación de futbol para “mostrar su buena voluntad” cambiando la hora del partido; trágico que nuestras autoridades electorales no se hayan percatado, al momento de definir sus fechas, de esta situación (en serio, viven pensando que todo el mundo gira en torno a las elecciones), y patético porque los partidos se saben de antemano perdedores del rating.
Y como típica solución absurda de políticos de país bananero, tanto el IFE como los partidos han reaccionado haciendo propuestas incoherentes, desde la ya mencionada solicitud de cambio de horario en el partido, hasta la de trasmitir el debate en cadena nacional, lo que significa, suspender la trasmisión de cualquier otro programa y emisión para que nadie de los que tenga televisión abierta, ose preferir el futbol sobre los políticos.
Claro que ni partidos ni IFE atienden al problema real: de los aproximadamente 112 millones de mexicanos, 79.8 están en edad de votar, aunque votarán sólo la mitad, es decir, 40 millones; el resto, entre mayores de edad que no van a votar porque no creen en los partidos y sus candidatos y los que son menores de edad, suman un total de 72 millones de mexicanos, aproximadamente, a quienes les es completamente indiferente que haya o no debate. ¿Con qué derecho, partidos, IFE y legisladores van a restringir a estos mexicanos, su derecho a ver en televisión algo distinto al debate, sólo para no dejar en evidencia la apatía que generan las campañas en 2 de cada 3 mexicanos?
Y esto no es sino negar lo evidente: la gente que no pertenece a un partido político, o que no espera un puesto a cambio de sus porras, no cree en los candidatos, no cree que alguno pueda cambiar el rumbo del país y no cree que sirva de algo analizar las propuestas, porque en el fondo, son las mismas propuestas y los mismos discursos que hemos oído desde hace 50 años.
Si el IFE y los partidos quisieran que los mexicanos prefirieran el debate sobre el futbol, deberían de empezar por darle sentido a sus propuestas, empezando por sancionar a todos aquellos funcionarios públicos que están por terminar su periodo de elección y que no cumplieron con las promesas que hicieron hace 3 o 6 años, cuando estaban, como los de hoy, en campaña.
La pregunta que circula en redes sociales es: ¿vas a ver el futbol o vas a ver el debate?