– Cultivo genera fuerte impacto ambiental y perdida de superficie de granos
Elena Rojas, Zamora
La expansión del agave hacia la Cuenca del Río Duero comienza a preocupar a investigadores y productores, ya que se trata de un cultivo que propicia la desertificación, por lo que va a eliminar toda la vegetación de sus alrededores, lo que va a originar un fuerte impacto ambiental, el calentamiento global, aumento de temperaturas y va a dañar la biodiversidad de la Cuenca.
Señaló José Luis Pimentel Equihua, profesor-investigador del Colegio de Postgraduados, agregó que si bien es cierto es rentable para algunas personas, no obstante, “reduce la capacidad del territorio para dar alimentos en la Cuenca, la cual es muy productiva, en términos de toneladas de maíz, trigo y sorgo”.
Dio a conocer que el agave es un cultivo que desplaza a otros ya que requiere menos inversión y se olvidan de los granos, aunque luego regresan a cosechar, “hemos detectado que el agave viene de la parte norte de la Ciénega de Chapala hacia el Centro de la Cuenca, es decir hacia Zamora, Jacona y Tangancícuaro, lo que preocupa porque los cerros son la esponja y principal fuente de absorción de agua para recargar los acuíferos”.
Puntualizó que, además, provocará impactos ambientales fuertes, “así como perdida de superficie para granos y, por lo tanto, para la soberanía alimentaria. Aunque si bien es cierto se cuenta con el Consejo Regulador del Tequila, desconocemos que la Secretaria de Agricultura ya tomó cartas en el asunto para establecer un límite en la superficie de agave.
“Como es un cultivo que está teniendo importantes ganancias por hectárea, hay un impulso económico muy fuerte. No obstante, la autoridad tendrá que tomar cartas en el asunto, porque tendremos que guardar el equilibrio de la Cuenca y de los territorios circundantes. No podemos convertir todo el territorio en agrícola y olvidarnos de la conservación de la biodiversidad y del ambiente”, finalizó.