Elena Rojas, Zamora
Más del 90 por ciento de los ciudadanos exigen a las autoridades respeten sus derechos, están a la defensiva, sin muchas veces conocer a fondo los mismos y dejan a un lado sus obligaciones, lo que provoca desgaste en la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH), al igual que pérdida de tiempo así como conflictos y confrontaciones entre la institución y algunos ciudadanos quejosos, consideró Víctor Villanueva Hernández, visitador de la CEDH en la región Zamora.
“Para poder exigir un derecho requerimos tomar en cuenta nuestras obligaciones, pues al dejar de lado las segundas se pierden los derechos de terceros”, exclamó.
Reconoció que afortunadamente sí hay una notoria mejoría en la cultura de los derechos humanos, “los niños y adultos los conocen, las autoridades los empiezan a respetar más, pero no sólo se trata de esto, sino también de que el ciudadano sea capaz de conocer y ejercer sus obligaciones”.
Mencionó que desafortunadamente todavía hay casos de denuncias donde los quejosos no aportan pruebas, lo que lleva hace pensar que en ocasiones se trata más de un berrinche que de un verdadero caso del violación de las garantías de un individuo.
Por ello dijo que hace falta más consciencia de la sociedad en ese sentido “es necesario que la h gente no solo exija que se le cuide y se le respeten sus derechos, sino que también participen en el respeto a los derechos del resto de la población. Estamos hablando de cosas tan sencillas como el evitar ensuciar la vía pública, no dejar heces fecales de sus perros en la calle y hacer uso adecuado de las vías de comunicación, pues de lo contrario afectan los derechos de terceros, quienes pueden enfermarse, sufrir accidentes y desgastan su economía familiar”.
Aseveró que tanto los derechos como las obligaciones deben ir de la mano “van implícitos unos con otros, los que son parte de la vida cotidiana de los ciudadanos, quienes deben aplicar ambos, si tengo cara para exigir, tengo que acatar lineamientos. La sociedad posee un carácter diverso, en virtud de que son muchos los individuos que las conformamos, es por ello que se requieren un conjunto de reglas o normas para la convivencia armónica de todos, de no existir estas habría más desorden, ya que cundirían más delitos”.
“Falta generar una cultura más arraigada del cumplimiento de las obligaciones, con ello se garantizarían los derechos de terceros. No solo estamos hablando de las autoridades, sino de los ciudadanos”, concluyó.