-Abigeato cada vez más sangriento. Becerros pequeños víctimas de crueldad humana .
Elena Rojas, Zamora
El abigeato se ha vuelto una práctica cada vez más violenta, pues los ladrones ya no se conforman únicamente con robarse el ganado, sino que ahora los matan en el lugar y sólo dejan sus restos (cuero, patas, vísceras). Las principales víctimas de esta crueldad humana son los pequeños becerros, a quienes les quitan la vida sin anestesia, sin ningún protocolo de higiene y sin conocimiento previo, es decir, si se trata o no de un animal enfermo, lamentó José Luis Alvarado Zaragoza, presidente de la Unión Ganadera de Zamora.
Además de la ira que genera entre los ganaderos está situación, este despojo para ellos representa un fuerte golpe a su economía, pues cada becerro llega a costar de 5 a 15 mil pesos, aunado al esfuerzo y la inversión que representó para ellos la crianza del animal. Las vacas y los caballos también se los roban, pero algunos de estos animales si corren con suerte de que se los lleven vivos. Los caballos (para trabajo) llegan a costar de 7 a 10 mil pesos; los finos de 40 a 50 mil pesos. Una vaca de 7 a 10 mil pesos.
Las principales comunidades donde se ha agudizado el abigeato son: Atacheo, La Ladera, Ojo de Agua y La Sauceda. Se estima que por mes se roban 30 animales en Zamora, desde becerros (cebu, suizo, charolai y cimental), vacas (pinta, cebu, zuiza , charolai) y caballos (corrientes, cuarto de milla o españoles), de los cuales 7 en promedio (sobre todo becerros) los matan en el lugar, “no se sabe a dónde va a parar esa carne que seguramente la venden muy cara, pues el kilo de bistec anda a más de 100 pesos y el kilo de cocido a 90 pesos. Además, como se trata de becerros tiernos, la carne tiene mayores aportes nutrimentales. Aunque se denuncie esta situación, las autoridades nos ignoran o nos piden testigos, pero estos por temor prefieren callar. Por eso muchos ganaderos ya mejor prefieren no denunciar”.
Finalmente admitió que actualmente no hay epidemias que estén afectando la salud del ganado zamorano, “hace unos años había un virus en el aire que estaba enfermando al ganado con la famosa “roncha o el piojo” que provocaba debilitamiento en el animal y se le abría la pezuña. Cuando eso pasaba, quemaban al animal y lo enterraban. Afortunadamente esa enfermedad está bajo control. En esta temporada de frio se vienen las fiebres o mastitis (infección en la ubre de la vaca que provoca que la leche salga con grumos), pero con medicina inmediatamente se controlan”.